EN EL FILO
Aznar galvaniza al PP
El Gobierno del PP conserva un suelo electoral alquitranado, nada arenoso, y aunque las crisis políticas obviamente le afectan, consigue salir de ellas, sea la de Gescartera o la del Prestige, sin doblar la rodilla ante el vapuleo del adversario y con recursos suficientes para no hundirse en las encuestas. Arrinconado políticamente durante unas semanas por la catástrofe en las costas de Galicia, extendida al litoral cantábrico, el PP venía dando muestras ostensibles de debilitamiento, pero ha bastado que Aznar desempolvase su vieja estrategia antiterrorista para que en las reformas legislativas y penitenciarias que plantea, contra la banda etarra y la delincuencia menor, se vea apoyada por una abrumadora mayoría social. Trata ahora el presidente de convencer a sus huestes más desanimadas de que el Prestige difícilmente producirá disgustos mayores que los ya experimentados. Reunido ayer en el Senado con los parlamentarios populares, Aznar los galvanizó levantando nuevamente la bandera de la lucha penal contra el terrorismo y la delincuencia. «Este conjunto de medidas (las que aprobará el próximo Consejo de Ministros, añadidas a las ya aprobadas) constituye tal vez -dijo Aznar- el empeño y la ofensiva más seria y consistente que se ha hecho en las últimas décadas contra la delincuencia en el marco de nuestro sistema constitucional». Y apoyado en el respaldo ampliamente mayoritario de la ciudadanía, según varios sondeos de opinión, incluidos obviamente los encargados por La Moncloa, Aznar añadió que le interesa mucho saber «cuáles son las posiciones de los demás ante nuestras propuestas», y especialmente le interesa saber la posición que «puede adoptar el PSOE al respecto, si está de acuerdo o si no está de acuerdo». Se le estrecha al PSOE el margen de maniobra, pues el terrorismo y la inseguridad ciudadana, contra los que el PP inicia una cruzada de reformas legales, son asunto mayores y, aunque también lo sea la catástrofe generada por el Prestige, los socialistas carecen aún de la habilidad estratégica suficiente para obtener de ella, como le sucediera con Gescatera, sustanciosos réditos electorales. El PSOE atacaba a la defensiva, calificando de oscurantismo la premeditada esterilidad investigadora de la comisión abierta en el parlamento de Galicia. Pisa fuerte Aznar de nuevo, y alienta a sus diputados y senadores para que se impliquen en la precampaña electoral con el entusiasmo que él transmite. Y las convenciones territoriales que celebrará el PP en los dos próximos meses irán galvanizando a todos los sectores de la militancia popular. Los socialistas han perdido de momento la iniciativa política.