AQUÍTE ESPERO
Previsiones
No es bueno hacer las cosas con prisa, porque suelen olvidarse detalles y aspectos importantes, por eso sería aconsejable que en Poridad se lo pensaran dos veces antes de fijar una fecha para implantar una norma o un servicio. Porque pudiera ocurrir que el día señalado no estuviera todo a punto. Y si fuera así, lo lamentable sería seguir adelante con los faroles, en lugar de buscar otro momento más oportuno. Viene todo esto a cuento de que el pasado día 7 de enero se puso en marcha el nuevo sistema de los autobuses urbanos. Bueno, nuevo en cuanto a algunos recorridos y horarios, porque lo demás es todo más viejo que Matusalén. Y se pone en marcha precisamente el día que los niños vuelven al colegio tras las Navidades y con el consiguiente atasco a las horas lectivas. Y así se produce el caos entre los usuarios, que aunque lo supieran con anterioridad podían no recordar que ese era precisamente el día fatídico. Les pilló a todos desprevenidos: a los usuarios, porque o no lo sabían o se les había olvidado y a Poridad porque puso en marcha un servicio sin la debida campaña de información. Y así al día siguiente se repartieron folletos (tenían que haberse dado el día antes de que comenzara), cuando los usuarios ya se habían enterado a fuerza de llegar tarde y se buzonearon por la ciudad, cuando la inmensa mayoría de los vecinos no utilizan el servicio y van a seguir sin utilizarlo, porque no invita a ello, el saber que si coges el autobús en distancias cortas (los de las largas ya lo cogen en su mayoría y están resignados) tardas más que si vas andando. Además, si no lo has utilizado y quieres hacerlo es casi imposible saber donde paran y cuándo. Y luego está el problema de las marquesinas -inexistentes en muchos sitios- y de los bonobuses, que siendo desde el 1 de enero los dos servicios de la misma empresa continúan cada una con sus bonobuses y el que no lo entienda, que se fastidie, pero no puede utilizar más que el suyo en cada empresa. Si esto no es imprevisión, díganme cómo se llama.