en blanco
xx legislativo
EL Gobierno ha decidido imprimir un notable acelerón legislativo en estos meses previos a las elecciones municipales y autonómicas. Varias reformas del Código Penal, de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, de la Ley General Penitenciaria y del Reglamento que la desarrolla se han convertido por ahora en el eje principal de la preparación de la cita con las urnas. Las reformas se dirigen a establecer los dispositivos legales que permitan endurecer la persecución de los grandes delitos (terrorismo, narcotráfico, robos al erario público) y también de la pequeña delincuencia callejera, sea protagonizada por españoles o, sobre todo, por inmigrantes. Con la pequeña delincuencia ocurre algo parecido a lo que pasa con el frío: una cosa es lo que señala el termómetro, y otra bastante distinta es lo que percibe la gente. En lugares especialmente fríos, la información meteorológica se da en dos aspectos: la temperatura, y lo que se llama la «sensación térmica», que varía según el viento, la humedad y otros factores. En el caso que nos ocupa, una cosa es la importancia objetiva de la pequeña delincuencia callejera y otra es la sensación de inseguridad que experimenta la ciudadanía. Por eso es previsible que estas iniciativas del Gobierno sean, en general, muy bien recibidas por los ciudadanos, transformados esta primavera en votantes. Siempre cabe preguntarse por qué ahora y no hace tres años y medio, que el Partido Popular tenía ya la mayoría absoluta; pero en situaciones así, casi es preferible acudir al refranero y consolarse pensando que más vale tarde que nunca.