La red, aquí

OTRA operación policial, dirigida desde la Audiencia Nacional, contra Al Qaeda en España. Poco es lo que se sabe acerca de sus implicaciones en la red de Bin Laden, qué hacen en ella, hasta qué punto están inmersos en los postulados terroristas de los fanáticos del islamismo. Otros aguardan juicio en cárceles españolas desde hace casi dos años, como presuntos responsables de tramas financieras de esta red. Mucha red, mucha trama, pocas explicaciones, si no son las confidencias policiales a los periodistas en el sentido de que los detenidos son peligrosos, aunque luego este peligro no se fundamenta sino en que, por ejemplo, poseían vídeos de las torres gemelas de Nueva York. Digo todo esto no desconfiando de la capacidad de estas operaciones para desmantelar tramas cuya potencialidad terrorista ya se ha visto, lamentablemente. Lo digo porque un velo de misterio, que sin duda corresponde a muchas incertidumbres, se cierne sobre Al Qaeda, sus alcances financieros, sus ramificaciones y, claro, sobre el paradero de sus auténticos dirigentes, comenzando por Bin Laden, un personaje peligrosísimo a quien alguna agencia de prensa anglosajona tiene la humorada de calificar como millonario saudí. La desinformación que se expande en torno a Al Qaeda amenaza con llevar a ciertas desconfianzas en la opinión pública. El secretismo acerca de cómo son tratados en Guantánamo, o qué ocurre con los presuntos miembros del radicalismo islámico presos en España o en otros puntos de Europa genera desconcierto y muchas preguntas. ¿De verdad sabemos combatir en Occidente a esa plaga llamada Al Qaeda o estamos dando palos de ciego?