EN BLANCO
Punto débil
RODRIGO Rato se postula abiertamente como sucesor de Aznar mientras otros presuntos delfines guardan silencio. Su estrategia tiene ventajas, pero puede derivar en efectos de reversión: ha iniciado su campaña particular en el Partido Popular, pero, a la vez, ha proporcionado más carnaza a los medios informativos para especular respecto al nombre que, al final, encabece la lista electoral de dicho partido. Probablemente quienes se consideran con más mérito o mejor derecho permanecerán callados respecto a ellos mismos, aunque no mantengan la misma actitud en relación con el adelantado, que puede contar con alguna antipatía de su propia madera. El vicepresidente segundo y titular de Economía, que suele caracterizarse por el realismo de sus análisis, ha sido también realista en esta ocasión al reconocer que el punto débil es la inflación, pero ésta es un talón de Aquiles en su área de responsabilidad, por factores muy diversos, incluyendo quizás algún error de cálculo... Hay otro punto débil, sin embargo, que le afecta directamente a él y que, muy probablemente, será utilizado por la oposición. El cierre en falso de las indagaciones sobre Gescartera, un caso con el que el Partido Popular aprendió la lección del peligro que suponen las comisiones de investigación, puede convertirse en el auténtico inconveniente del autopostulado delfín, debido a los ecos de los rumores sobre la actividad del HSBC que surgieron a raíz de los trabajos de la referida comisión.