Cerrar
Publicado por
Fernando Ónega
León

Creado:

Actualizado:

Tenemos un presidente del Gobierno con ideas sólidas y asentadas. Hay que llamarle José María el Tenaz. Cuando se instala en una convicción, es muy difícil, casi imposible, convencerle de la contraria. No lo consiguen ni la oposición política -el "consorcio opositor", desde la soledad del martes-, ni las avalanchas de opinión pública, ni el contacto con dirigentes extranjeros. Lo hemos visto ayer en la Cumbre Hispano-Alemana. El canciller Schröder no consiguió atraerlo a su causa, y el resumen del encuentro es que ambos "mantienen sus diferencias". Es probable que nunca hayamos tenido un jefe de gabinete tan difícil de cambiar de principios. Aznar mantiene que Estados Unidos todavía es necesario para Europa, y punto redondo. Con estos antecedentes, no esperéis que haya ninguna variación. Podrá haber juegos de palabras, pero nada más. Frente a toda la izquierda, que se une para las 57 manifestaciones del sábado, el Gobierno prepara también su artillería: trípticos en periódicos, actos públicos y mandato a los ministros para que se conviertan en apóstoles que prediquen en evangelio de las maldades de Sadam. Para Zapatero, la pancarta. Para el gobierno, la tribuna de los medios. Ayer mismo había dos ministros al mismo tiempo en las televisiones. Uno de ellos había desplazado al candidato socialista a la Comunidad de Madrid. El propio Aznar encabezará esta noche la riada de entrevistas, para dar ejemplo de mensaje. Nos vamos a enterar de las razones del gobierno. Nos van a entrar por los ojos. Estamos, por tanto, ante una formidable operación de imagen para ganar esa opinión pública que se resiste a aceptar la necesidad de la guerra. Antes de bombardear Bagdad, nos van a bombardear a todos con palabras. Y si las palabras no bastan, con anuncios. En los levadizos del castillo de Moncloa se vuelve a escuchar la proclamación mágica que tanto nos suena: "este partido lo vamos a ganar".

Cargando contenidos...