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Un Goya para Sintel Antonio y la cárcel El PSOE y el peaje de la A-12 Unas buenas fiestas

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León

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La academia de cine ha considerado «El efecto Iguazú», un documental que refleja de forma brillante un conflicto laboral y social de plena actualidad y aún sin resolver; que pone de manifiesto el enanismo de las instituciones políticas -Parlamento- frente a la gigantesca maquinaria de la economía global; la misma maquinaria que consiente los paraísos fiscales y las descomunales estafas que arruinan a países enteros. No se nos escapa los pocos segundos que dedica la televisión pública a la entrega del premio, y la nula retransmisión del discurso de Sintel en el escenario. Dicen las malas lenguas que la señora ministra, allí presente, miraba al suelo con frecuencia, quizá esperando que este se abriera y la tragara. Ella no sabía que el mundo del cine es inseparable de los temas sociales, especialmente cuando estos son escandalosos, y tratándose de la ministra de cultura, es de preocupar. Y que decir de los sindicatos, a ellos les toca explicar su abandono; mienten cuando hablan de ofertas rechazadas, ni en los términos del acuerdo ni fuera de él, pues en León el sindicato reconoce este hecho así como en todo el país a excepción de algunos casos muy aislados, que no tienen nada que ver con lo que se firmó en el Parlamento. Hay que recordar que la lucha de Sintel, les despertó del letargo de una década; a simple vista tienen un problema de coherencia, por que la frase «empleo fijo y con derechos», queda bien en la pancarta del día 1 de Mayo, pero no sirve para la vida real. Por cierto ¿qué celebramos ese día?. Antonio Marcos Barreñada. (Trobajo del Camino).A muy poca gente le sonará el nombre, Antonio Jiménez Jiménez; incluso si les doy datos puede ser que la mayoría crea que no se merece ni media nota necrológica, pero lo ocurrido y lo que están pasando bastantes Antonios Jiménez merecen una seria reflexión. Con 17 años ingresa en prisión condenado por robos cometidos por la necesidad de proveer de drogas a la que era adicto desde una edad muy temprana y no buscada; se condenó a un enfermo como se viene haciendo actualmente; en definitiva el temible síndrome de abstinencia y su pobreza provocaron su prisión. La finalidad de la prisión en este país esta muy lejos de ser lo que la Constitución dispone y sólo la sumisión y un conocimiento de lo que ocurre rejas adentro permiten al interno capear como puede la situación; Antonio no pudo no quiso y el resultado ha sido estar en el fichero FIES, ser considerado «peligroso» -cuando en realidad era un «no sumiso», aislado, alejado de su familia, sin permisos, encerrado de forma casi permanente en una celda, sin patio prácticamente durante los trece años de prisión continuada que ha sufrido, con aumentos sucesivos de las penas por kafquianos y extraños procesos por «atentado» y sentencias absolutorias de las causas inoadas por las lesiones que sufría, cuando no sorprendentes sobreseimientos. Varios colectivos se interesaron por él, desde la Asociación contra la Tortura C.N.T., Izquierda Unida, etc, y su situación y la de su familia, particularmente su madre Mari-Luz han salido a la da pública en Internet, Diario de León y los pasquines y panfletos editados, pero las peticiones, escritos, concentraciones y manifestaciones se estrellaban contra el muro de silencio de la burocracia penitenciaria: el preso era ya un «nadie». Por dos veces pude visitar a Antonio en prisión; la primera en Valdemoro hace algo mas de tres años, donde tras hacerme esperar casi hora y media lo llevaron desde la enfermería, con la cabeza medio abierta y en un estado que casi no pudimos comunicarnos; la otra ocasión hace unos meses antes de su excarcelación donde recibimos un trato desconsiderado y al médico que me acompañaba no le dejaron pasar el instrumental para el reconocimiento porque no se había hecho constar en la instancia; en esta última ocasión destacaban unos enormes ojos y unas claras convicciones expresadas con una voz profunda y pausada; pudimos comprobar que era un esqueleto, piel cubierta con cicatrices y secuelas de quemaduras -autolesiones dicen oficialmente y lesiones producidas por terceros según el- consumido por el sida y un montón de enfermedades, pero ilusionado con la lucha por su libertad. Días antes de su libertad se celebró en el CCAN un recital flamenco en su favor; se reunió gente solidaria con su causa y Mari-Luz y sus hijas se encontraban animosas y optimistas; cuando salió no pudo disfrutar de su libertad, el insomnio crónico y los recuerdos eran demasiado; lo dejaron salir convertido en una piltrafa. Un mes antes de su muerte me visitó y le animé para que asistiese a reuniones y charlas afín de dar a conocer lo que aún ocurre en nuestras cárceles pero me dijo que ya no tenía fuerzas. Hace unos días ya no pudo más, la energía que tenía recluido se acabó en libertad y sin llegar a los seis meses de su «disfrute» decidió terminar para siempre; mientras que el señor «Asnar» (perdóname Trapiello por el plagio y el atropello) decide incrementar la represión penal contra los marginados, como Antonio y banqueros, estafadores de altas finanzas, blanqueadores de dinero y dirigentes de clanes mafiosos ven sus causas sobreseídas y dormidas en oficinas policiales y Juzgados y en último extremo con beneficios y tratos penitenciarios y sospechosas concesiones del tercer grado penitenciario que a los Antonios Jiménez Jiménez ni siquiera se les deja oler y a esto se le llama democracia social y estado de derecho. Simón López Quero (León).