Algo más que imagen

El puente de la estación (como siempre se le llamó, antes de que le colocaran los leones a finales de los años sesenta) está obsoleto. O eso dicen los responsables, que quieren cambiar su imagen, precisamente antes de las elecciones. Las nuevas barandillas de hierro forjado, con pasamanos de madera, estarán más acordes con los nuevos tiempos. Dicen que también van a renovar aceras y calzada. Aprovecho para pedir que se esmeren en estos dos aspectos, tanto como parecen hacerlo con las que no se menean cuando pasas, pero que aún así las cambian. La calzada está de pena, como cualquier otra de la ciudad, aunque por ahora sólo se habla de arreglar ésta y espero que quede bien. Lo de la acera ya me da más miedo, porque es un lugar de mucho paso y con peso (las maletas ahora tienen ruedas), así que si no se ponen bien las baldosas, con cemento que las una para que no se muevan, lo de la calle Ancha será una broma en comparación con la cantidad de veces que tendrán que cambiarlas. Lo más curioso es que el puente que nos ocupa tiene treinta y tantos años y su estructura no parece muy sólida si se miran los pilares con detenimiento y desde abajo. Por eso creo que no debería gastarse toda la pólvora en la barandilla y hacer algo con los basamentos, que con tantas crecidas, riadas y nuevos cauces es posible que necesiten una buena revisión y algo más que una nueva imagen. Algo parecido ocurre con el ensanche o plazoleta innominada donde confluyen las calles San Juan, Miguel Zaera, La Serna, Buen Suceso y San Pedro. Ahora está en obras , pero no sé para qué. Lo que creo que debería hacerse es una rotonda, lo suficientemente amplia como para que su circunferencia evite colapsar las salidas de las tres calles citadas en primer lugar. Y me temo que eso no es lo proyectado, porque la acera que queda entre San Juan y San Pedro es demasiado ancha, como para estorbar, más que para facilitar la circulación en una zona que lo necesita mucho.