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EL BALCÓN DEL PUEBLO

Cocido para una cumbre

Publicado por
J. F. Pérez Chencho
León

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Un cocido maragato es una fórmula gastronómica casi perfecta para estrenar un congreso científico. O una «cumbre» como se dice ahora. Suele dar magníficos resultados, sobre todo si el tiempo actúa como cómplice. Ayer nevó en León y el frío calaba hasta los huesos. Se cumple el dicho de que al invierno leonés no se lo come el lobo, o que aquí tenemos dos estaciones: la de invierno y la de Renfe. Un día perfecto para degustar un cocido, ya sea maragato, babiano, de La Bañeza o de Picos de Europa. La única diferencia está en dar la vuelta a la liturgia. Es el tiempo ideal, aunque personajes ilustres se han puesto como «pegos» degustando un cocido en julio, caso de Raimond Barre, ex-primer ministro de Francia. Y es lo que harán hoy los asistentes a la Cumbre Nacional de los Estudios de Ingeniería de Minas: estrenar el encuentro con un cocido maragato en Astorga. Acudirán a la capitalidad maragata, que es cruce de caminos y parada y fonda de la Ruta de la Plata, en el tren especial con material histórico que cuidan, limpian y dan esplendor, como los académicos de la Lengua, los miembros de la Asociación Leonesa de Amigos del Ferrocarril. No sé si la máquina será la ya mítica Mikado. En cualquier caso, un viaje de nostalgia cuando nos anuncian ya el progreso del tren de Alta Velocidad para el 2007, que unirá como en un parpadeo a León con Madrid, con Galicia y con Asturias. El cocido que hoy degustarán los directores de todas las escuelas técnicas de España, los directivos de tres escuelas superiores, los decanos de los colegios profesionales, así como de los consejos superiores de la Ingeniería Superior y Técnica, no tendrán como postre la actuación de dos bercianos geniales: Richard y Flaviano, con más horas de ensayos que de cotización a la Seguridad Social. El director de la Escuela de León, anfitrión de esta «cumbre», Fernando Fernández San Elías, cuidador de detalles, por mínimos que sean, no lo tuvo previsto. El postre será las clásicas natillas con mazapán. Sí lo programó otro anfitrión clientelar en Babia el pasado sábado. Y el resultado fue fantástico La reunión tiene gran importancia para el futuro de los estudios que imparten las escuelas mineras, entre ellas la de León, a punto de ser elevada a la condición de Centro Superior. Entre todos han de encontrar iniciativas e ideas para hacer más atractivos, más eficaces, más actuales, como corresponde a la realidad del siglo XXI, los estudios que imparten. La Escuela de León, con más de medio siglo de vida, ha estado muy unida socialmente a la ciudad y a la provincia toda. Es parte inseparable. Lo que aquí se decida, tendrá gran influencia en su futuro. Quizá éste sea el colofón que su director, Fernando Fernández San Elías, elija para anunciar su adiós. Si no lo calla en el último instante, anunciará a sus colegas de toda España su próxima dimisión. Han sido seis años de absoluta dedicación. Se la prestará con igual entusiasmo al que le releve.