En nombre de la Ley
La doctrina elaborada por el presidente Monroe de «América para los (norte) americanos» y que fue practicada con éxito en Cuba, Méjico y durante el siglo pasado prácticamente en todo el continente, hace ya décadas que quedó superada por la actual «El mundo para las multinacionales» cuyo hombre de paja y fiel servidor es el señor Bush. La intervención norteamericana para controlar el planeta ha sido constante desde la desaparición del bloque del Este, así la primera guerra del golfo, el mantenimiento del artificial estado de Israel, no tanto por la presión del «lobby» judío financiero estadounidense sino para tener una colonia en pleno mundo árabe, la destrucción del estado yugoslavo -aquí los intereses alemanes son también de consideración-, la intervención en Afganistán, nudo de vital importancia para el control del petróleo, intervenciones más o menos solapadas en Colombia y Venezuela y ahora de nuevo Irak; prácticamente en todos los conflictos se encuentra su presencia y todo ello en nombre de la libertad, la democracia y centra el terrorismo. Si Hittler inició su expansión en busca del espacio vital, y lo decía abiertamente, Bush y sus corporaciones lo hacen única y exclusivamente para apropiarse de las riquezas de sus víctimas en nombre de la legalidad internacional, para acabar con los tiranos, restaurar la democracia y todas esas cosas que estamos cansados de oír. La manipulación y utilización que se está haciendo de la ONUpor parte de Bush y Aznar es tan burda que produce sonrojo, la están sumiendo en el descrédito más absoluto desnaturalizando sus fines; que el presidente yanqui los desconozca no me extraña pero Aznar sí los debió de estudiar en Derecho y ha olvidado que los propósitos de las Naciones Unidas son mantener la paz y seguridad internacionales, tomar medidas para prevenir y eliminar amenazas para la paz, suprimir actos de agresión y lograr por medios pacíficos y de conformidad con los principios de justicia y del derecho internacional el ajuste o arreglo de las controversias o situaciones suceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz; eso dice el artículo primero de la Carta de San Francisco o de la ONU. Si Irak es una amenaza para la paz mundial, -país hambriento y medio aniquilado y donde tener un lápiz con lámina de grafito es considerado por estos dos o tres representantes de las multinacionales como un acto de terrorismo-, no cabe más conclusión de que USA, Inglaterra, Francia, Israel y otros -vamos a eliminar a Rusia pues lo que diremos está ya en manos de mafias o olanes terroristas- son un peligro real y actual con su arsenal de armas atómicas, químicas, bacteriológicas y experimentadas en vivo por nuestro Gran Hermano yanqui en Japón, Vietnam, Yugoslavia y el mismo Irak. Cuando el Consejo de Seguridad o la Asamblea General de la ONU aprueben el control de los armamentos que todos los estados miembros poseen y su destrucción masiva -medida que no dudo que Aznar y Bush amantes del derecho internacional pedirán, siendo consecuentes con lo que expresan- se podrá creer en que estamos dando pasos para el restablecimiento de la democracia y legalidad internacional y acabar con el terrorismo y la desigualdad entre el Norte y el Sur, pero mucho me temo que el armamento peligroso saldrá de sus almacenes -ya repletos- para ser utilizado contra víctimas inocentes y en este caso no serán los satisfechos consumidores euro-americanos sino contra seres seres famélicos e indefensos, todo como siempre en nombre de Dios -el poder y las acciones-. Si el poder, la riqueza y la perra están en manos norteamericanas, ¿qué se le ha perdido a Aznar haciendo de perrillo faldero de Bush? ¿es que acaso tiene junto con su amiguete Vilallonga acciones de la Texaco o juegan en Wall Street?; debe aclarar sin hipocresías la razón de su comportamiento. Y termino con una esperanza que reforzará mi fe en nuestro sistema democrático: si se produce el genocidio, espero que el señor Cardenal y el juez Garzón sienten en el banquillo a Aznar como genocida y cumpla íntegramente la condena que sin lugar a dudas le será impuesta, decretándose contra él prisión preventiva, sin fianza, sin que puedan aplicársele los beneficios penitenciarios hasta que no dé muestras de arrepentimiento y reinserción social; esto lo ha aprobado para los pequeños delincuentes y el genocidio es mucho más grave.