Las últimas bocanadas

Algo se muere lente, lenta, lentamente, en el Palacio de los Guzmanes. Y en la provincia. La legislatura ha entrado en la agonía. Quedan cinco plenos -cuatro ordinarios y el extraordinario del lunes próximo para debatir los Presupuestos- y todo es pura rutina, trámite. Ni siquiera se activa el trabajo en las Comisiones, a las que ya no suelen asistir los diputados con dedicación exclusiva. Se convocan para casi nada. Sólo para cobrar. La sesión plenaria de ayer, si la Secretaria se lo hubiese propuesto, no habría superado el cuarto de hora de duración, pese a la veintena de puntos en el orden del día. Se cerró sin debate y, por ende, sin intervenciones. Los trabajadores de Sintel, presentes en el salón, con más de un año de batalla social a cuestas, no disimularon su decepción absoluta. «El encefalograma político -dijo un trabajador- es plano en la Diputación. Asistimos a las últimas bocanadas de un gobierno que vive muriendo». Vaya por delante que no estuve presente en el pleno. Pero no toco de oído. Todos coinciden: que acabe pronto el suplicio. Existe como una especie de pasotismo. En el pleno de ayer debía debatirse una moción presentada por el leonesista Herrero Rubinat sobre el futuro museo del vino, que se ubicará en El Bierzo. El «señor Veinte» no permitió la defensa de la misma. Más o menos, vino a decirle al diputado: diga lo que diga, estaré de acuerdo con usted. La moción ya había sido aprobada por unanimad en Comisión. En el pleno, foro para la palabra, se impuso el silencio. En el capítulo de ruegos se abordó la propuesta de concesión de 13 Medallas de Oro de la Provincia a otros tantos leoneses ilustres. El Reglamento de Honores, con tres décadas de viejo, contempla que sólo 15 miembros vivos pueden ostentar tal honor. En la actualidad hay dos. Pero para completar un listado de 13 nombes nuevos a la nómina de ilustres, se requiere un amplio consenso. Lo ideal sería que tales distinciones se otorgaran por unanimidad. El presidente, tal vez, tenía el acuerdo con la UPL y con IU. Pero el representante de IU, Guillermo Murias, no asistió al pleno. Ayer mismo se fue a Irak para exigir el no rotundo a la guerra. Para que la propuesta saliera adelante necesitaba dos tercios de votos afirmativos, esto es, 18. Con buen criterio, al no tenerlos garantizados, dejó el asunto sobre la mesa. Lo llevará al pleno ordinario de marzo. Sin duda, todos y cada uno de los nombres barajados tienen méritos suficientes. Los propuestos y otros que se han quedado en el tintero. Lo que cuesta asumir es el aluvión final, a punto de concluir la legislatura. P.D. José Estalote tomó ayer posesión como nuevo diputado, relevando a Emilio Sierra, elevado al Tribunal Regional de Cuentas. Y también ayer concluyó el plazo de presentación de candidaturas al decanato del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Industriales de León. Será cosa de dos: Miguel Ferrero y José M. Miguélez. No tendrán fácil saltar el listón que deja Cesáreo González.