Cinismos

«Moriremos aquí». Muy bien, pero lo que ocurre es que a Sadam no le cree ya ni su propio bigote. Y menos si mete la palabra honor por el medio. No puede hablar de honor quien ha masacrado por miles a sus propios súbditos. Que les pregunten a los kurdos iraquíes si se quieren tener datos concretos sobre los efectos de las armas químicas. La exclusiva del periodista de la CBS Dan Rather ha servido para constatar una vez más el hiperbólico grado de cinismo que ilustra la trayectoria del líder de Irak que aprendió muy pronto que todo se puede comprar siempre que alguien quiera vender. Occidente engordó al monstruo con vocación de mártir de quien ahora abomina. Ahí se cierra el arco del cinismo.