Diario de León
Publicado por
Ramón Pi
León

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Me imagino la escena: el detenido, sudoroso, repite quinientas veces, mientras un rudo policía va contando: «España se extiende desde Irún a Almería, desde Gerona a Huelva», o expresión parecida. Un ingenuo podría pensar que también podría haber sido «desde Finisterre a Aguadulce, desde Creus a La Rábida», o también «desde Rosas a El Hierro, desde Melilla a Ribadeo». Pero, no. La crueldad de la tortura reside precisamente en hacerle decir al detenido que España se extiende «desde Irún» a donde sea. Lo de Irún es lo verdaderamente torturante. Los torturadores, sin embargo, podrían haber refinado su acción, haciendo repetir al detenido que España se extiende «desde Fuenterrabía» a otro lugar cualquiera. Nada de «Hondarribia»: Fuenterrabía, con todas las letras. Pero ya irán perfeccionando la técnica; y si llegase ese momento temible de hacer decir al detenido «Fuenterrabía», entonces el Tribunal de Estrasburgo ya no tendría dudas de la crueldad del caso. Y total, porque unos jóvenes patriotas, algo desviados, eso sí, llevan ya en sus conciencias casi mil muertos, y mantienen a multitud de vascos en situación de miedo permanente a un asesinato, un secuestro, un chantaje, que puede producirse en cualquier momento, y los tienen callados, sin poder decir en voz alta lo que piensan porque se exponen a lo peor. Pero a las autoridades les parece, por lo visto, que lo peor es hacer repetir al detenido lo de Irún. Ya lo advirtieron los Monty Python, en La vida de Brian: el judío subversivo que pintaba «Romans, go home» fue obligado a llenar la muralla de Jerusalén con «Romani, ite domum». En latín, la lengua del imperio. Tortura intolerable.

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