El León temático

LAS carreteras son para el verano, como las bicicletas en esa película con sabor antiguo que abre una ventana en los días previos a la guerra civil española. Y en León, para agosto, cuando lleguen los dineros del carbón que, por cierto, sólo pueden ser enterrados en el asfalto de los territorios mineros, los profundamente mineros y los mineros por beneficios colaterales, tipo Ponferrada. Los planes de carretera de la Junta se escriben con la grasa del carbón, que realmente la reparten en Europa, ente que a su vez paga a los países miembros por acabar con sus actividades económicas tradicionales para no hacer nada (agricultores, maiz...) o a lo sumo diseñar parques temáticos en los que el paisaje lunar de la gigantesca explotación a cielo abierto de Fabero forma parte de los circuitos turísticos del futuro (lo siento, Roberto, te han birlado la idea). Después de bloquear, empañar y ningunear el Museo de Sabero -el ejemplo mejor conservado de los inicios de la siderurgia en España- durante años, el ente autonómico (patética la foto de los 20 años en Fuensaldaña con los padres de la patria orondamente aburridos de autocomplacencia) se despacha con un plan imaginativo que propone, entre originales ideas, otro parque temático de animales domésticos. Cerremos las granjas y abramos parques temático, podría ser el lema. El plan prescinde del tren minero de Ponferrada a Villablino como recurso turístico después de haber invertido en sus raíles,y en mucho más, los impuestos de la ciudadanía, que nada tienen que ver con la cuenta de resultados (ya da beneficios) de la MSP. Los entusiastas de la Mikado esperan también que alguno de estos ingenieros de estudios se percate del atractivo que tendría para León disponer de un tren turístico con horarios fijos y rutas organizadas. La gesta de don Carnal y doña Cuaresma tiene muchos personajes y temas para embutir sus disfraces. (No en nuestro nombre)