Los conguitos

UNA profesora de Filología promueve el envío de cartas de protesta a la fábrica zaragozana que produce unos cacahuetes con chocolate, comercializados con el nombre de «conguitos», porque aparece en el envoltorio la caricatura de unos negritos. A la profesora le parece vejatorio y discriminador el dibujo, cosa que no le había parecido hasta el momento a ninguno de los embajadores y amplio personal consular de los países de mayoritaria población negra que tienen representación diplomática en España. Y es que, a veces, los filólogos son más perspicaces que los diplomáticos. Parece que antes los «conguitos» venían con lanza y les quitaron la lanza. Mucho me temo que la multitud de artículos de venta en Estados Unidos, donde aparece un piel roja en la portada con arco en la mano y plumas en la cabeza, reciba enseguida la protesta de alguna sagaz filóloga que percibirá una clara discriminación por representar a los indios con flechas, arcos y plumas, los negros con lanzas, y cosas así de groseras y discriminatorias. No me cabe duda que los fabricantes del flan chino El Mandarín deberán cambiarle el kimono al chino para no discriminarles, e incluso ponerle rostro de Kevin Kostner y no esos ojos de chino que tan insultantes deben ser para los chinos. Otrosí, el ron El Cacique, de Venezuela, deberá cambiar la etiqueta y que no salga un indígena con melena larga y los conguitos, pues que tengan cara de griegos y vayan vestidos como si salieran de la sección de caballeros de El Corte Inglés. Creo que era Somerset Maughan el que decía que había personas que se pasaban la vida protegiéndose de las corrientes de aire. Son las que descubren un día que la hucha del Domund es un negrito con una ranura en la cabeza, y comienzan a recoger firmas de protesta. Yo mismo, si fuera escocés, me quejaría de que en las cajas de galletas de mantequilla hubiera un escocés vestido de escocés, tan discriminador respecto de los ingleses.