Diario de León
Publicado por
Fernando Ónega
León

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La guerra es bella, pero incómoda», reza un viejo y cínico dicho italiano. Que se lo pregunten a Aznar. El miércoles se pasó casi seis horas tratando de convencernos a los españoles de cómo hay que justificar la fuerza para reducir la supuesta fortaleza militar y tirana de Sadam. Cuando terminamos de escucharle, lo hablado no servía de nada. Mucho discurso, mucha perorata, y en una tarde había cambiado todo el escenario. La comunidad internacional a la que tanto había apelado ya no era tal. Eran comunidades internacionales. Francia y Rusia que, con Alemania y China deben constituir el nuevo eje del mal, se oponían frontalmente a una intervención militar. Lo que ocurre es que Aznar, en estos pleitos, sigue teniendo suerte: la inmensa mayoría de los portavoces no se enteraron de lo que ocurría en la reunión de París. Ninguno, por tanto, puso en aprietos al Presidente, que se pudo crecer en la desinformación de los demás. Empezando por Zapatero. Los diputados se encierran en el hemiciclo y no tienen ni la precaución de llevar un transistor por si se hunde el mundo mientras ellos tratan de arreglarlo. Y así, hablan y hablan, y el escenario nos deja descolocados. Como consecuencia, hoy España puede desempeñar un papel muy importante en el escenario mundial, pero no sabemos cómo. Aznar ha fiado su estrategia al Consejo de Seguridad, y, salvo que salgan bien las maniobras de Blair, nunca dará un visto bueno al ataque. La vieja Europa ha demostrado ser más eficaz en su diplomacia que el coloso americano. Aznar no tendrá la escapatoria de los organismos internacionales, sino la obligación de sus pactos con Bush. ¿Y cuáles son esos pactos? ¿Nos vamos a ver metidos en una coalición al margen de la ONU? ¿Estaremos en una guerra bilateral? En ese caso, cada día más probable, habrá que pedir un favor: que se guarden las formas. Y las formas están en la Constitución: tienen que aprobarlo las Cortes. Y, como sólo habrá los votos de un partido, nos encaminamos a este destino: a la guerra del PP.

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