Diario de León
Publicado por
Fernando Ónega
León

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Qué tranquilidad produce escuchar a nuestro paisano, el vicepresidente Mariano Rajoy! Ayer habló en la «cumbre» de presidentes y secretarios generales del PP y ha tenido efectos balsámicos sobre un país que, antes de escucharle, parecía en plena crispación. Se refirió a los que algunos considerábamos los asuntos más graves de los últimos tiempos (el «Prestige» y la guerra) y los ha dejado reducidos a su mínima expresión: son «asuntos llamativos», pero con pequeña «incidencia real en la gente». Créanme: no es la primera vez que escucho ese diagnóstico en gente importante. El «Prestige», por ejemplo, fue calificado en reunión de alto nivel como «asunto virtual, agitado por la prensa y la oposición». Y así, todo sigue resultando del color del cristal con que se mire. El Rey Juan Carlos, por ejemplo, lo miró con gafas de pesimismo y habló de «calamidad». La gente normal, que tiende a ver sólo lo malo de las cosas, habla con naturalidad de "desastre". Periódicos como éste son tan negativos que están todo el día hablando de «catástrofe». Millones de personas salen a la calle a protestar, seguramente sólo porque se lo pide el cuerpo. Tiene que venir el Gobierno, con su gran sabiduría, a poner las cosas en su punto. La postura de Rajoy es irrefutable. Está claro, por ejemplo, que el «Prestige» no afecta a tantos ciudadanos como la rebaja de impuestos. Un campesino del Páramo leonés no percibe directamente los efectos del chapapote. La guerra de Irak tampoco inquieta tanto a un ciudadano que ignora dónde está Bagdad como a un pacifista. Y, respecto a las encuestas que atribuyen gran desgaste al PP, se puede pensar que son efectos temporales, resultado de una irritación que no tendrá prolongación en las urnas. Sin embargo, si yo fuera Aznar, y pensando sólo en el «Prestige», llamaría a Rajoy y le diría: «Oye, Mariano, si eso de Galicia es sólo «llamativo», ¿para qué me hacéis decir eso de «Galicia más que nunca»? Y algo peor: si prácticamente no ha pasado nada, ¿para qué gastamos tanta pasta en el Plan Galicia?»

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