Diario de León
Publicado por
Fernando Ónega
León

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Mientras muchos países, entre ellos España, preparan manifestaciones contra la guerra, Estados Unidos ha probado su más importante razón: la bomba. La ha hecho estallar en Florida, y su imagen ha dado la vuelta al mundo. Todos hemos podido ver su «efecto hongo, que recuerda amablemente la bomba atómica. Las ciencias, efectivamente, avanzan una barbaridad. Las artes de matar no conocen ni crisis económicas ni restricción de presupuesto. La diplomacia ha fracasado, y en su fracaso arrasa todo: las Naciones Unidas, la solidez de Europa, las esperanzas de paz. No hemos visto inversiones en resolver el angustioso problema de la falta de medicinas en medio mundo. Nadie encontró razones morales, políticas, ni siquiera económicas, para convencer a Sadam de que abandone su puesto y devuelva a su pueblo algo de libertad. Eso parece imposible. No está al alcance de los humanos, ni de los gobiernos más poderosos, ni de los fabulosos intereses económicos en juego. Pero la bomba sí se puede hacer. Toda la generosidad del Estado más rico de la tierra se ha volcado en construirla. Y se le puede dar un nombre rimbombante, al gusto de Sadam Husein: "la madre de todas las bombas". Se piensa que, sólo con enseñarla, con mostrar su terrorífico hongo, cundirá el pánico en Bagdad. Ahora los gobernantes no enseñan los dientes, como antes de decía. Enseñan su capacidad de matar. Eres más poderoso cuantos más muertos eres capaz de producir en un solo bombardeo y con un solo misil. A Sadam lo quieren desarmar porque dicen que tiene armas de destrucción masiva. Los Estados Unidos, al parecer, no. Las bombas de los EE.UU. tienen grandeza histórica, son televisables, matan más limpiamente. Y Bush ya ha completado su tarea histórica. Ya hizo su contribución a la historia: la bomba más grande jamás probada. Sólo le falta superar a la bomba atómica. Creo que voy a ir a la manifestación del sábado. Empieza a ser un deber de conciencia.

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