La OPA
Gas Natural ha lanzado una Oferta Pública de Adquisición sobre el cien por cien del capital de Iberdrola. La OPA ha sido «hostil», es decir, se ha producido sin acuerdo entre las compañías a un precio bajo, según los directivos de la empresa presidida por Iñigo Oriol -17 euros por acción- y no todo en dinero para los accionistas de la eléctrica ya que una parte del pago estaría compuesto de acciones de Gas Natural. Esto, junto a la posible integración de quien monopoliza el mercado gasístico con la segunda pata del oligopolio eléctrico, Iberdrola, plantea también problemas de competencia en ambos sectores. De entrada, el mercado ha dicho no a la adquisición. La OPA de Gas Natural se ha traducido en un descenso del valor de la acción de la gasera catalana y en una ligera subida de la acción de Iberdrola. Para decirlo con claridad: la iniciativa no ha sido bien recibida por los inversores ya que el precio ofrecido es considerado bajo, los analistas valoran la acción de Iberdrola entre los 18,7 y los 20,7 euros, y porque además Gas ofrece realizar parte de ese pago con «papelitos», esto es, con acciones suyas. En este contexto, los incentivos para vender son bajos. Por otra parte, la adquisición de Iberdrola por Gas Natural crearía problemas de competencia, ya que Gas controla el 80% del mercado de distribución gasística, el 25 % de Enagás, la mayoría de las centrales de regasificación etcétera. Desde esta óptica, el control de Iberdrola pondría en sus manos el segundo operador del duopolio de facto que existe en el mercado eléctrico, lo que podría restar competencia a ambos mercados.