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Publicado por
Fernando Ónega
León

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La Justicia no tiene por qué saber de tiempos políticos. Actúa según las pruebas que posee -o al menos así es deseable¿y no se detiene en otras consideraciones propias de los gobiernos. Esa es una de sus grandezas, pero también puede ser una de sus debilidades. Digo esto a cuenta de las decisiones judiciales que afectan al País Vasco. Han coincidido en el tiempo dos actuaciones: la que clausura el diario Egunkaria y la sentencia del Constitucional sobre la Ley de Partidos. Dentro de poco serán tres, porque el Supremo, según todos los pronósticos, echará a Batasuna de la legalidad. Legalmente, no hay nada que objetar: el juez del Olmo encontró indicios suficientes para cerrar el periódico, y lo cerró. El TC ha visto la Ley de Partidos acorde con la Constitución, y así lo sentenció. Sin embargo, esas dos actuaciones han servido para que el nacionalismo inventara esta imagen, en soberana simplificación: estamos ante una cruzada españolista contra todo lo vasco: contra su política, contra su cultura y contra su idioma. Sólo le faltó decir que se está produciendo una especie de «nueva colonización». ¿Exagerado? Sin duda. Y falso. Desde fuera de Euskadi las cosas se analizan de forma contraria: se trata de apartar la secreción violenta. Se trata de crear un escenario de libertad para todos. Y no se actúa contra un idioma, sino contra quienes utilizan el euskera para teñir de barnices culturales la acción del terrorismo. Pero al nacionalismo, que se mueve, como todos, por impulsos electorales, le resulta fácil vender esta «mercancía», e inventar un enemigo exterior. Eso es lo que está haciendo. El análisis que propongo no consiste, obviamente, en darles la razón. Pero sí en pensar si un exceso de presión no resultará negativo para la concordia, porque facilita la demagogia. En este caso la ha facilitado. Y con ello ha facilitado la nefanda idea de que la Justicia es un instrumento del Gobierno. Mal asunto. Los jueces no tienen por qué pensar en tiempos políticos. Pero a veces debieran hacerlo.