Imborrable recuerdo Las vacas de La CabreraEl espíritu de la ferreteríaLa Cabrera no es Bierzo
Seis años podían ser suficientes para el olvido, pero esto no siempre es así, querido Pedrín, pues tu recuerdo sigue vivo en nuestros corazones igual que el primer día, y yo me empeño en creer que tu ausencia obedece a un largo viaje y que te encontraremos en cualquier estación. Te dedicaremos un recuerdo especial en la Eucaristía que tendrá lugar hoy, día 14, a las siete de la tarde en la iglesia de San Claudio y el día 17 en la parroquia de San Lorenzo de los PP Carmelitas, a las siete y media. Un abrazo muy fuerte, que harás extensivo a todos nuestos seres queridos, que también tanto te quisieron: tus abuelos, a nuestra inolvidable Piedad, a Manolo y a cuantos convivieron con nosotros y que tampoco te olvidamos, hasta que un día podamos darnos el abrazo definitivo para siempre. María Paz Madrigal Tascón (León). La imagen que estamos dando a través de todos los medios de comunicación de todo el país, y de comidilla en toda Europa, es lamentable. La ineptitud de todos nuestros dirigentes pretenden dejarnos en un lugar que creo que no nos corresponde y, por ello, dada la incapacidad claramente demostrada por quien nos administra, debemos denunciarlo públicamente obligándoles a dimitir de sus inmerecidos cargos, que además nuestros importantes dineros nos cuestan. La actuación sobre las vacas de La Cabrera, es de lo más ruin, y parece mentira que no nos dé la cabeza para más. Mucho antes de tomar una decisión injustificable como la empleada, existen infinidad de soluciones que permitan actuar de forma meditada, coherente y razonable, sin que en ningún caso se nos trate de salvajes. El ganado se puede ir sacrificando poco a poco, utilizando otros medios más sensatos, desplazándolo hacia zonas más propicias, adormeciéndolo previamente y transportándolo hacia los mataderos próximos donde, después de analizadas sus canales y comprobar incluso la calidad de sus carnes, se entreguen para su comercialización compensando, el exceso de los gastos, con los ingresos que de ello se obtengan. Cubiertos los gastos, el resto puede perfectamente remitirse a obras benéficas que estoy segura nos lo agradecerán. La Junta de Castilla y León representada en este asunto por su consejera de Medio Ambiente y delegado provincial en León, deben dimitir de inmediato y tratar de reparar el daño y perjuicio causado con su exclusiva responsabilidad patrimonial, de manera muy especial a la comarca de La Cabrera y en concreto a la provincia de León. Por último, La Cabrera tiene muchos encantos y, sus gentes, se merecen y me merecen todo el respeto. Sonia Nicolás García (León). Y al final, ni barco pirata, ni salón de las artes. Depósito de piedras muertas. Diez años después de que el edificio Pallarés cesara su actividad cultural para ser remodelado, no se sabía bien con qué fin, vuelve a hablarse del que parece va a ser su destino definitivo y relativamente cercano: Museo de León; es decir, silo receptor de los fondos históricos desperdigados entre el claustro de San Marcos y las salas de la calle Sierra Pambley. ¡Quién podía suponer tan bárbara transformación genética! Y, sin embargo ¡qué lógico resulta todo en esta ciudad pensionista! Siempre ha estado ahí, inválido como una proa desorientada en la plaza de Santo Domingo, soportando paciente la trama urbanística y la inopia provinciana de nuestras instituciones, afligido y menospreciado, a la deriva de políticas sin fundamento. Pobre edificio Pallarés, triste ciudad sin alma. (...) Pallarés fue cerrado y sólo obreros de la construcción pudieron seguir paseando por la ferretería. Estaba claro que era el final; la derecha tiesa de nuestras tierras de adobe había reconquistado el gobierno provincial y no iba a permitir que aquella acracia artística contaminara a ciudadanos de tan recio abolengo. No, señor, de lo que se trataba ahora era de levantar un buen Musac y un Auditorio como Dios manda, y museos bonitos para los turistas, aunque por el camino se nos caiga algún palacio o se viole una casa porticada en la Plaza del Grano. (...). Me disculparán, pues, arqueólogos e historiadores antiguos. Me disculpará Luis Grau si clamo aquí por el espíritu de la ferretería. Me disculparé yo mismo por no haber invadido de nuevo el edificio Pallarés y dejarlo al albur de los vientos hostiles. Nos disculparemos todos y, a partir de hoy, como si diésemos una Lancia postrada, intentaremos reconocernos en las ruinas. ¿Qué será de esta ciudad cuando Pepe Tabernero arroje la toalla o Alfonso Ordóñez decida, desilusionado, volverse a Barcelona? José Ignacio Fernández Herrero (León). María José llamó a El Teléfono del Lector para dejarnos el siguiente mensaje: «Les llamo para decirles que en su periódico en la sección del Bierzo publican lo de las vacas de La Cabrera. Pero La Cabrera está en los montes de León y no pertenece al Bierzo».