Cerrar
Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

HAY dos malas noticias para el Gobierno y su partido. Ambas, además, son inseparables en el análisis político: la encuesta del CIS y la perspectiva de duración de la guerra. La encuesta es demoledora: el 91 por ciento de la sociedad está en contra de la invasión y más del 60 por ciento califican mal o muy mal la intervención española. Como la guerra tiene todo el aspecto de prolongarse, se mantendrá ese estado de opinión durante un tiempo suficiente para salpicar las elecciones locales. A la vista del estado de opinión, se vuelve más intrigante el papel de Aznar. Obviamente, él conoció antes que nadie cómo respira la sociedad. Supo antes que nadie que había este rechazo, casi unánime. Y tuvo información de que su postura no era respaldada por la mayoría. Pese a todo, mantuvo su actitud. O es un valiente, o estamos ante un caso de tenacidad sin precedentes. Es la primera ocasión en que se gobierna contra la opinión ciudadana. Lo malo es que no sólo se complicó el personalmente. Con el respaldo de su Grupo en el Congreso, es todo el PP el censurado en el sondeo. Estamos ante un fracaso de todo: del mensaje presidencial, que no ha conseguido calar; de la política informativa, que no ha logrado influir; de los ministros que más se han expresado, y de los medios de comunicación públicos y privados que se han apuntado a la teoría oficial. Es un resultado que parece un regalo a una oposición instalada en el «no», sin propuestas ni alternativas viables. Lo malo es lo ya apuntado: con este estado de opinión, la guerra tiene, encima, todo el aspecto el aspecto de ser larga y dura. Hay que pensar en los alcaldes, concejales y candidatos del PP que ven avanzar el calendario y sufren ese rechazo. ¿Se pueden sentir cómodos cuando les toca pagar la factura electoral de la guerra? ¿Qué moral pueden tener cuando, por su militancia, se ven señalados con el dedo? Alguno tiene que estar arrepentido de su militancia. Son los «paganos» de la guerra. Es como para dimitir.