Chapapote para León Llámame, Gandhi El «engendro» de la Fundación Villalar

Lo que da que hablar el ir de compras. Comprando, no hace mucho, en un super de aquí, espuma de afeitar, pude leer que encima de uno de los productos, cuya marca es el nombre de la conocida isla gallega, «consuma productos gallegos». Todos, y yo el primero, estamos de acuerdo en que el desastre del Prestige ha sido el mayor desastre que el pueblo gallego ha sufrido jamás, y toda la ayuda que reciban será poca; pero aún así, ¿no se estarán pasando un poco llenando de chapapote lo que no son costas?, a no ser que la espuma de afeitar y otros muchos productos contengan derivados del pescado y marisco. En breve veremos encima de las tiendas de la multinacional textil gallega por todos conocida «consuma productos gallegos». Y nosotros, la provincia de León, qué? que no tenemos chapapote y nadie viene a limpiar nuestras tierras, e incluso los jóvenes nos marchamos a limpiar las del vecino. Podemos decir que los gallegos han aprovechado el tirón para presionar y hacerse ver y oír ante gobernantes y españoles, y mejorar en todos los sentidos. Pero nosotros qué tirón vamos a aprovechar? El chapapote que a nosotros nos toca no es de color negro, es vertido en forma de leyes, decretos, nuevos planes, intereses, políticas... y eso ¿cómo limpiarlo? León está negro, muy negro, y tenemos la obligación de limpiarlo; no dejemos que se ensucie más. No nos dejemos embaucar con promesas que dicen alejar el barco de la costa para menos peligro; con bonitas calles, estupendas macetas, multitud de bancos y farolas de diseño, auditorios de los que no podemos difrutar porque hay que pagar... La pena es que no podamos utilizar los adoquines de la calle Ancha, tantas veces levantados, para contruirnos nuestras casas, porque señores, por si no lo saben, se nos «prohíbe» el acceso a una casa. Ni que decir tiene el tema de la agricultura y ganadería de nuestra tierra; ¿qué piensan hacer de toda la llanura y meseta leonesa un parque natural para vallisoletanos y madrileños? No dejemos que siga pasando por delante de nuestros ojos barcos que ensucian nuestra provincia, nuestra tierra, y empecemos a limpiar ya. Aprovechemos ese pequeño tirón que nos brindan las municipales el próximo mes de mayo, y dejémonos por el momento de Plataformas. Yo por supuesto participaré, representando, si me lo permiten, a mi pequeño grupo de vecinos. Y por supuesto consumamos productos gallegos y cántabros y asturianos y leoneses y andaluces y ... José Antonio Santamarta González (León).Gandhi, ¿has sido tú el que me despertaste esta mañana?. Sí... has debido ser tú esa voz susurrante que me arrancó de una horrible pesadilla. En mi pesadilla yo era lo que soy, un maestro pero vivía en un mundo que apenas podía reconocer. Vivía en un mundo en el que la paz era una paloma a la que los niños escribían poesías y recordaban solamente un día al año -¿podrás creerlo?-. Pero, de repente, en aquel mundo, estalló un guerra en un país lejano. Bueno, mejor dicho, la estallaron. Y el presidente de mi país dijo que la paz volaba pero que no era una paloma sino que podía adoptar las más diferentes e insospechadas formas. Así, sin ir más lejos, podía transformarse en un misil Tomahawk -o algo parecido-. Menos mal que he escuchado tu voz y me he despertado. Gratifica a uno saberse de nuevo en la normalidad. Vivir en un país democrático donde los dirigentes se oponen activamente a las guerras injustas y donde se escucha la voz de los ciudadanos. Un país donde los educadores se convierten en avanzadilla social en la defensa de los valores democráticos y de denuncia de las situaciones injustas, pese a quien pese. No soportaba que la paz dejara de ser ese compromiso de honestidad con uno mismo y con los demás que pasa por el respeto y la justicia. Era tan triste verla convertida en un pájaro de vuelo corto -un día en el calendario- y tan grotesca su transformación en un misil. Solamente, una cosa más. Dime cuál es tu número de teléfono. O llámame. Necesito volver a oír tu voz. ¿Sabes? Es que, aunque te parezca incomprensible, tengo miedo de no haber despertado todavía. Santos Suárez Álvarez (Maestro de primaria, León). Pedro Sánchez García llama para opinar sobre el «engendro» que promueve la Junta de Castilla y León como es la Fundación Villalar. «Pero bueno, ¿cuándo se enterarán algunos políticos de León de que no queremos estar en este ente autonómico? Por lo tanto sería una vergüenza más que la Diputación Provincial de León se sumara políticamente y encima aportara fondos a esta fundación que tiene como principal objetivo imponer un sentimiento que no tenemos los leoneses ni tendremos nunca».