Diario de León
Publicado por
Manuel Alcántara
León

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Se equivocaron los profetas bélicos que auguraban que la guerra contra Irak iba a ser un abrir y cerrar de ojos: los muertos los cierran para siempre. No se sabe de ninguno que pestañee ante el asombro que le produce el más allá. Los ojos de los muertos recientes son como los de las estatuas y miran sin ver lo que está pasando, que cada vez es más horroroso. Las tropas de la coalición «han ralentizado su avance», o sea, que se han quedado quietas. No es probable que se produzcan «avances hacia la retaguardia», que es el nombre que suele darse a las retiradas. El desnivel del poderío militar es tremendo. Sólo en una cosa son iguales: cada combatiente, sea del bando que sea, tiene una única vida. Cualquier general, de esos que desdichadamente se escogen entre los coroneles, aunque no sea un gran estratega, considera preferible que un soldado a sus órdenes en vez de morir por su patria, haga que el soldado de enfrente muera por la suya. El balance de las bajas también es muy desigual, pero ahora se ha introducido un elemento nuevo: algunos iraquíes, antes de que los suiciden, han decidido suicidarse ellos. No es que sientan hastío por la vida, sino que no pueden vivir y en vista de eso optan por apresurar su llegada al lascivo paraíso prometido, no sin haberse llevado por delante a algunos miembros del ejército invasor. Sadam dispone de muchos suicidas como Alí Yafer al Yamali, el oficial que estrelló su coche bomba contra un puesto de control. Incluso es posible que haya lista de espera. Mientras, siguen las protestas. Aquí y en China, donde miles de personas se han tumbado por las calles, para que todos nos vayamos haciendo una idea del número de cadáveres que se precisan para el triunfo final. ¿Cuánta gente enmudecida para siempre para poder cantar victoria?. Amnistía Internacional denuncia otra ofensiva: la que se está produciendo contra los derechos humanos. Ha disminuido la libertad de expresión y ha aumentado el uso excesivo de la violencia policial. Todavía no han transcurrido dos semanas desde que empezó la guerra y el mundo ya es peor.

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