Un dios contra otro dios El ruido y el bien Agradecimiento al Hospital Las entradas y el derecho de todos El cambio de hora
¿Con cuál de los dos me quedo? Por supuesto con ninguno de los dioses de conveniencia que se han o quieren alquilar para que les resuelva sus problemas, por una parte Bush y por otra Sadam Huseín. El primero emulando a los caudillos de la Biblia, que todos los días lee; cual Salomón, David, Moisés, etcétera, pide fuerza, orientación, perdón y le expresa agradecimiento -será por las bombas devastadoras y los misiles inteligentes, en fin toda la maquinaria sofisticada de muerte que le ha puesto a disposición-. Dicen que dice: «He encontrado a dios». También Juan de la Cruz, Teresa de Ávila encontraron a Dios. Encontraron a un Dios -con mayúsculas- Padre de todos, Amor para todos, Verdad para todos, Justicia para todos, Paz para todos. ¿Será este el Dios que ha encontrado Bush? Sus biógrafos nos presentan un retrato de él, hasta los 40 años, de un verdadero frustrado. Dicen que de una borrachera que se vio morir fue la costalada del caballo que le hizo ver a su dios. Se siente iluminado. Su dios le habla. Pero él sigue su camino tortuoso hacia el dogmático e infalible Concilio de Trento que a esa secta la anatematizará por hereje. ¡Claro, todo tiene explicación! Anatolio Calle (Navatejera).Podía pensarse que el ruido y el bien van de la mano, cumpliéndose: a más ruido, más bien y a menos ruido, menos bien, pero sucede todo lo contrario, como lo atestigua esta sentencia: el bien hace poco ruido y el ruido hace poco bien, confirmado por el dicho popular: «mucho ruido y pocas nueces». Pensemos en la publicidad. De hecho esta se realiza empleando lo que más llama la atención, sin reparar en los cuantiosos gastos que hacer «ruido» lleva consigo. Aunque propio del hombre es errar sigue la obligación de descubrir el error allí donde se encuentra. En nuestro caso el error está en hacer mucho ruido, lo que supone abundancia de gastos de tiempo y dinero. Lo obligado, pues, es bajar el ruido lo que no disminuye la eficacia del anuncio, cumpliéndose la enseñanza del Evangelio: el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado. Este comportamiento supondría para un gran progreso de carga de bienes sociales y de convivencia humana pacífica. Nicolás García (León). La familia de Jesús Valdueza Colinas, fallecido recientemente, ha remitido el siguiente escrito: «Deseamos expresar nuestro agradecimiento a todas las personas que prestan servicio en el Complejo Hospitalario (Virgen Blanca) por la atención, cariño y eficacia que mostraron en todo momento con él durante todo el tiempo que permaneció en dicho centro hasta el momento de su fallecimiento. Y también queremos pedirles disculpas por las molestias que hemos podido ocasionarles». Jesús Valdueza Gutiérrez. (León). Rubén Denis llama diciendo: «Quiero hacer una queja respecto a un programa de radio que dieron el otro día por la mañana en el que hablaban de las entradas del partido de fútbol de la selección española y que daban preferencia a los socios de la Cultural. Mi queja es que yo creo que el mismo derecho que tienen los socios de la Cultural tienen los del San Francisco, Huracán, Puente Castro, etcétera, el resto de equipos leoneses. Y decían que gracias a la Cultural había fútbol en León; y yo creo que es lo contrario, es gracias a todos los demás equipos. Los socios del resto de los clubes son los que realmente mantienen en pie el fútbol de León». Alejandro Crivera Crespo dice: «El mes de marzo enfiló por la cuesta abajo y en un santiamén lo hemos finiquitado; ¡ah! pero antes de decirle el adiós definitivo teníamos que llevar a cabo una operación que según los técnicos de las finanzas es de trascendental importancia: adelantar el reloj en 60 minutos. Este adelanto, según dichos técnicos, supone nada más y nada menos que 600.000 millones de las antiguas pesetas en las arcas del Estado. Pero, si mal no recuerdo, esa misma cantidad es precisamente el déficit de nuestra cada vez más decadente Televisión Española. Sería de perogrullo poner en duda que todo el mundo sin excepción optaría por sanear las cuentas de Televisión Española con mano de hierro si fuera preciso y dejarnos de tocarnos los... cada año con el aumento de la hora; que ésta, aunque a simple vista parece una simplez, psíquicamente afecta y muy mucho por cuanto desequilibra el reloj biológico que cada ser humano llevamos dentro. Y esto lo sufren especialmente los peques para ir al colegio».