León, desarrollo integral
Las elecciones municipales se acercan y, aunque la guerra en Irak impregne todo el panorama informativo, me gustaría hacer una reflexión acerca de la política que nos es más cercana. Apuntaré primero que, pese a que no soy de León, sino de Palencia, somos vecinos, próximos geográfica e históricamente. En mi tierra, abundan los leoneses de pura cepa que hinchan el pecho y proclaman orgullosos: ¡León solo! Pues bien, les entiendo. Es normal su reacción ante una autonomía que se ha llamado Castilla y León pero bien podía haber sido León y Castilla o la región del Duero. Y, precisamente, esto último parece lo más realista, lo que deja a León en un triste puesto de la periferia, nada determinante. Pero de ahí a «León solo»... Geográficamente, es la plataforma de acceso, de integración del resto de la península con Galicia, Asturias y norte de Portugal. Y viceversa. Lo cual ha llevado a que, históricamente, haya sido una lanzadera. Roma la utilizó, a través de la vía de la plata, para su expansión hacia Asturias, que recibe el nombre de Astúrica -Astorga- y Galicia. La reconquista, hasta que León aparece, es la resistencia ante los árabes de pequeñas aldeas y tribus, pero al llegar aquí, surge el sentido globalizador de un mundo distinto del Islam, la recuperación del sentimiento universalista hispánico con las tradiciones visigóticas. Nunca León estuvo aislado y es imposible entenderlo como tal. Desde ahí se construyó la Hispania cristiana y sus reyes tenían la visión imperial de un país formado por todos los territorios peninsulares. Cómo comprender León sin la Universidad de Salamanca o sin Zamora. Y en Palencia, no nos sentimos más próximos a Burgos o a Valladolid. También hoy es necesario hacer política desde esta visión de lo que significa León, un centro activo que posibilite el dinamismo económico de Galicia, Asturias y la integración de todas las líneas económicas peninsulares: Madrid-Norte, Europa-Galicia / Asturias y la línea Galicia / Asturias-Sur. Pero, aunque su posición geográfica sea el punto de partida para este dinamismo, es totalmente imposible sin un buen sistema de comunicaciones. Así el AVE, no debe entenderse como unas líneas de comunicación de la periferia con Madrid. Es necesario que también comunique todo el norte, Galicia y Asturias, con el País Vasco, Cataluña y directamente con Francia. Desde el punto de vista de las carreteras, debe completarse la autovía de la Plata y la autovía del Camino de Santiago integradas con la autopista de Asturias. Al mismo tiempo, se hace totalmente necesario un buen anillo de una autovía de circunvalación de la capital que permita un fluido tráfico de vehículos pesados y que de acceso a amplias zonas de ubicación tanto de industrias como de servicios. Galicia, por la proximidad al tráfico marítimo internacional, es la ubicación ideal para el gran puerto de containers español. Pero León debería ser, como puerto seco, la plataforma de distribución para el resto del país. Todo esto posibilitaría no solamente una sana red de empresas en la zona sino un buen tejido de desarrollo para todo el noroeste peninsular. Por eso, creo necesario que se apueste por hacer política desde León: una política local que no se encierre en su cascarón; una política regional que no se conforme con el eje Valladolid-Madrid o Burgos-Lisboa; y, por supuesto, una política nacional que considere a León como centro clave para un desarrollo más integral de toda la península.