¡Todo era mentira! Agradecimiento ante la muerte del piloto Francisco Javier Principios morales e ideología

Todo era mentira. Lo de las armas de destrucción masiva -algunas aparecerán ahora «mágicamente» para justificar lo que no tiene perdón-, lo de la intervención militar para liberar Irak, lo de la seguridad mundial... Todo eran mezquinos pretextos para ocupar un territorio impunemente, para repartirse los despojos de una nación soberana invadida a sangre y fuego, para horrorizar al mundo masacrando a un pueblo que ya tenía bastante desgracia con haber caído bajo la dictadura asesina de un tirano, para saquear, violar... Y, de paso, para controlar una de las mayores reservas de petróleo del mundo. Era mentira que fuese necesario algo así para acabar con el poder del dictador asesino Sadam Hussein. Afortunadamente, la comunidad internacional, las Naciones Unidas tienen instrumentos eficaces para presionar a los tiranos que oprimen a los pueblos y amenazan a todos desde la sinrazón de su locura. Que lo hagan, que las Naciones Unidas fuercen procesos graduales de normalización social, reparto de las riquezas, bienestar y respeto a los derechos humanos en todos los países del mundo. Que lo hagan y que empleen la fuerza contra aquellos dictadores que no respeten los derechos humanos o que favorezcan el desarrollo de armas químicas, biológicas o nucleares. Pero, eso sí, que empleen el poder de la mayoría y de la razón contra esos tiranos, contra ellos y no contra sus pueblos, que bastante tienen con padecerlos. Era mentira. Ahora lo vemos claro: ya estorban los periodistas, los que puedan contar al mundo la verdad y no «su» verdad, esa que lo justificará todo. No quieren testigos que puedan informar de los saqueos y rapiña -aparecerán joyas mesopotámicas en las casas de los militares estadounidenses ¿puede haber mayor sacrilegio, mayor oprobio e ignominia?-, de los desmanes, de las violaciones, de la verdadera cara de la guerra, de esa guerra que algunos han apoyado -aunque ahora que toca repartirse el botín ya no cuenten con ellos ¿verdad señor Aznar? ¡Qué desilusión!- y que nunca vivirán los suficientes años para poder pedir perdón por todo el daño que han hecho». Antonio García (León). Hola a todos: Soy Carolina, hermana del sargento 1.º Francisco Javier, piloto muerto en acto de servicio el día 31 de marzo pasado. Las palabras están mojadas y somnolientas ante tanto dolor, tan intenso. La vida parece agarrar tan fuerte y es tan fácil dejarla ir... Sólo una se me ocurre poner en mayúsculas: Gracias, porque en este triste y amargo pasaje, el único consuelo que nos resta es el orgullo de saber cuán magnánimo era Javi, cuánto amor dio, cuánto desgastó su vida por los que estaban cerca. Gracias porque, a lo largo de estas semanas, nos han retribuido todo esto a manos llenas. Y de hecho no hay palabras para devolver a quienes lo amaron, respetaron, admiraron y cuidaron hasta el último momento sustituyendo un poco a la familia en la distancia. El gran abrazo que recibimos de todas las personas que nos acompañaron, merecen de mi parte y en nombre de mi familia el reconocimiento aunque sólo sea en estas líneas. Pido disculpas por la brevedad pero si me permitieran ultrapasar el límite, hoy en este periódico no habría noticias. De corazón. Carolina González Santos y familia (León). Carmen González, concejal del PP de Garrafe de Torío, dice en su mensaje: «Quisiera expresar mi indignación por la postura de los actores en el acto que le dieron el plantón a Gallardón. Una indignación que no se debe a su defensa del «no a la guerra» -creo que están en su derecho de defender la paz-; sin embargo me hubiera gustado haberles visto manifestarse con la misma dureza e indignación contra el terrorismo de ETA especialmente cuando esta banda mataba a concejales del PP. Esto me hace pensar que sus motivos no son solamente la defensa de la paz. Yo estoy en contra de todas las guerras. Soy profesora y madre y trato de educar en la paz, la tolerancia y el respeto a culturas y religiones diferentes. Por eso para mí no hay guerras legales e ilegales. Las guerras son sinónimo de muertes y de destrucción. De la misma forma estoy en contra del terrorismo, la pena de muerte y la muerte de inocentes, nacidos o no nacidos. No se pueden legitimar las causas para crear muertes. Ante los ataques, dialécticos y de todo tipo que estamos recibiendo los militantes del PP, la respuesta no es la inhibición, al menos así lo pienso yo. Estoy segura que hay muchos afiliados al PP que, estando en contra de la guerra, no nos damos de baja en el partido porque ni nos sentimos responsables de esta guerra ni de ninguna otra; ni sentimos que el PP lo sea. El PP está integrado por muchas personas con distintas opiniones. Y en ningún momento, como partido, se ha definido oficialmente a favor de la guerra. La decisión de apoyo a la guerra ha sido tomada por José María Aznar como presidente del Gobierno español, no como presidente del PP. Si en algún momento el PP, de forma oficial, defendiera esta guerra no solamente me daría de baja en el partido sino que también le negaría el voto el 25 de mayo. Igual que yo somos muchos los que, siendo del PP, tenemos unos principios morales que van mas allá de cualquier ideología política».