Balances parciales

NO parece demasiado probable que el presidente Bush, una vez demostrado que tiene armas de destrucción masiva, quiera comprobar que Siria no las tiene. Tampoco las tenía Irak. No las hubiera dejado para mejor ocasión. Lo que sí albergaba era alguna estrella invitada del terrorismo, como Abu Abbas, el cerebro del secuestro del Achille Lauro. Estaba sentenciado a cinco cadenas perpetuas, pero se las saltó eslabón por eslabón y vivía desde hace diecisiete años en Bagdad, que entonces tenía bibliotecas y museos. Le había dado asilo el hombre que pasó, en menos de tres semanas, de sátrapa a tránsfuga. Eran amigos. Alá los cría y ellos se juntan. La coalición angloamericana debe cuidar a los prisioneros para demostrar que no ha matado a todos sus enemigos. Ya se están haciendo los primeros balances parciales de víctimas, cuando el llamado orbe cristiano conmemora la muerte del Redentor y la Virgen de la Cueva se equivoca y hace que llueva en Semana Santa. En estas primeras contabilidades de difuntos que no padecían enfermedad alguna, el redentor Bush se muestra orgulloso de haber liberado a Irak con un escasísimo número de bajas. Habrá un goteo final, pero las víctimas de las batallas sólo han sido 121. Una cifra verdaderamente pequeña para una guerra tan grande. Sobre todo si se compara con las que se llevan registradas en nuestro país antes de la operación salida. Cuarenta compatriotas han pasado a mejor vida cuando pensaban pasar unos días de vacaciones. Claro que a las carreteras va más gente que a la guerra. La Dirección General de Tráfico prevé que se produzcan hasta el próximo lunes más de diecisiete millones de desplazamientos en España. Un poco más lejos, allá en Hong Kong, la neumonía asiática se ha llevado con los pies por delante a cincuenta personas. La Organización Mundial de la Salud está enviando expertos. Convenía que los mandaran también a Siria, para que se ocuparan de la paz preventiva. A la muerte no hay que darle facilidades. No sabemos dónde está su victoria, pero combate en todos los frentes.