Diario de León
Publicado por
Gonzalo G. Rubio
León

Creado:

Actualizado:

Estoy de acuerdo con el Partido Popular y lo apoyo, aunque solamente sea desde mi insignificante relevancia pública, por su rechazo del pasado día 8 en el pleno del Congreso, a la reforma de la Ley Electoral General de 1985, que fue propuesta por todos los partidos políticos, si es que todos son efectivamente partidos con ideología política, de la actual oposición al partido en el Gobierno de la nación. Los partidos que han hecho la propuesta son el Partido Socialista, Izquierda Unida y el Grupo Mixto, aunque éste, el Grupo Mixto, no creo que lo conformen verdaderos partidos políticos con su correspondiente ideología política; pienso que nunca pasarán de lo que son: grupo mixto, que se apuntan a lo que más convenga, en el momento, al propio status de sus dirigentes. Digo que yo también rechazo la propuesta de reforma de la Ley Electoral, porque la propuesta, rechazada en el Congreso de los Diputados por el PP, es la mayor estupidez y el intento más machista, no feminista, de la actualidad política y también de la reciente historia de la Humanidad, solamente superada por la discriminación negativa de la mujer, en todas las religiones proclamadas. El PSOE propone lo que llaman democracia paritaria, olvidando lo que es la verdadera democracia social que se establece en la Constitución, y juegan con el 60 y el 40% para cada tramo de cinco miembros de candidatos en lista; o sea tres y dos de cada cinco, sean en un caso u otro hombres o mujeres. Izquierda Unida propone que la diferencia entre candidatos de distinto sexo, no sea de más de un miembro, y esto debe ser así, para tener en cuenta que el total del grupo podría ser de número impar, y si fuera lo aceptado del 50% para cada sexo, uno de los candidatos tendría que ser medio hombre y medio mujer y... yo no sé si esto puede ser. En el Grupo Mixto, uno de ellos catalán, de cuyo nombre no quiero acordarme, propone lo que llaman «listas-cremallera», o sea, un listo, una lista, un listo, una lista... Se reparten alternativamente entre hombre y mujer y, en este caso, si el número total es par, quedan al 50% y si es impar tendrá uno más el sexo que encabece la lista. Perdone, amable lector, que yo exponga aquí toda esta tonta parafernalia antes de exponer mi propia opinión. Los partidos políticos de implantación nacional, los demás para mí no cuenta en caso alguno, deben pretender imponer democráticamente a todos los individuos de la especie humana de su ámbito, la paridad de los sexos, varones y hembras, en la formación cultural de todo tipo o grado, sin limitaciones de género y, después, cada uno a sus preferencias o especialidad, teniendo en cuenta su condición biológica; afiliarse al partido político de implantación nacional, afín a su propia e íntima ideología política y si, en buena hora, la afiliación a un partido político es superior en el sexo femenino y este partido funciona en su seno democráticamente, como exige la Constitución, y elige el 100% de mujeres como sus preferidos candidatos, pues qué bien; si las eligieron es que son las mejores del ámbito político que las ampara. No será fácil que esto ocurra; y no por falta de entusiasmo o capacidad del «sexo débil» (¿débil? ¡Meca...!), que ya hace años que muchas mujeres accedieron a las responsabilidades políticas más importantes en los países de Occidente pero, pregunto yo, ¿será lo conveniente para la continuidad y evolución positiva de la especie, que ese cuarenta o cincuenta por ciento o el que sea, de mujeres candidatas, dediquen toda su actividad a la cuestión política con deterioro de su gran responsabilidad familiar? Que cada uno responda a esta pregunta según su mejor saber y entender. Yo creo que sería bueno para todos que tanto Izquierda Unida como el Partido bSocialista, dejen de marear la perdiz y asuman la absoluta libertad que ya está establecida en el artículo 1 de la Constitución, que «propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político», lo que debe de entenderse así para todos los individuos. Muy especialmente, con respecto al PSOE, debería dejar de tomar en cuenta las manipulaciones y la memez del Presidente de la Comunidad de Castilla La Mancha, que solamente busca votos en mujeres mal informadas, ya que su proclamada públicamente religiosidad católica, que en su intimidad es tan respetable como otra cualquiera, no es un buen ejemplo ni precedente de «paridad» en los sexos sino, que ha sido y sigue siendo, causa de la casi criminal discriminación de la mujer. Ahora, aunque no siempre se tiene en cuenta, afortunadamente, vivimos en un estado aconfesional, que así es el nuestro. La mujer a partir de los 18 años (deberían ser 16) tiene todo el derecho a su afiliación al partido político afín a su ideología, a pretender ser candidata a cualquier cargo político y a ejercer en cualquier nivel jerárquico, excepto en el de Jefe del Estado que está reservado a la Familia Real, y si es así, que lo haga. Pero no podrá hacerlo mientras los partidos políticos, todos, y todos los sindicatos, no apliquen rigurosamente los artículos correspondientes de la Constitución, que exigen que «su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos».

tracking