Estilo popular
Me sorprende que con lo inteligente que es Federico Trillo esté haciendo el papelón que está haciendo a cuenta de la guerra contra Irak. Que en su ministerio, en la Subsecretaría de Defensa, a alguien se le ha ocurrido preparar una reforma del Código Militar proponiendo penalizar con prisión a todos aquellos que se manifiesten contra un conflicto armado, digamos guerra, en la que participe o apoye España, es sencillamente una barbaridad. Si ese proyecto saliera adelante, los jueces no iban a dar abasto para juzgar a los millones de españoles que nos hemos manifestado en contra la guerra. Pero precisamente porque es una barbaridad, el Gobierno ha tenido que dar un paso atrás, porque es lo único que les falta para terminar de irritar a la opinión pública. El texto preparado por no sé quién del Ministerio de Defensa es peligroso por involutivo, propio de tiempos pasados, no de una democracia. La verdad es que los populares últimamente se las sobran y se las bastan para meter la pata, pero sobre todo para evidenciar un talante profundamente reaccionario, como también acabamos de ver en el caso de Antonio Morales Milanes, responsable del Censo de Residentes en el Consulado de Nueva York, que en su calidad de dirigente del PP ha enviado una carta a los españoles que viven en Nueva York que es una autentica verguenza. Resulta que el tal Morales pide el voto para su partido «por España, por su unidad y su grandeza», con ese estilo rimbombante de los entusiastas del antiguo regimen. Se atreve a calificar al PSOE de Alí Baba y los cuarenta ladrones, amen de otros insultos dirigidos a los socialistas, a los que califica de charlatanes de poca monta y filibusteros que pretenden volver a robar. Claro que no me extraña que el tal Morales escriba cartas de esta guisa, teniendo en cuenta que su jefe, José María Aznar, no escatima insultos y descalificaciones a la oposición, sobre todo a los socialistas. De manera que, si Aznar dice lo que dice, el tal Morales ha debido de pensar que él no iba a ser menos. Por lo pronto le han abierto un expediente, pero el daño está hecho. Y si continuamos con las meteduras de pata, la última de la ministra Palacio es de aurora boreal. Ha arremetido la ministra contra un posible régimen islamista en Irak, y luego cuando se ha dado cuenta de lo que ha dicho ha matizado diciendo que se refería a un régimen islamista integrista. Confieso mi decepción con Ana Palacio. Cuando Aznar la nombró me pareció una persona capaz, ya que empezó arreglando el desaguisado de las relaciones con Marruecos. Sus meteduras de pata son constantes, y su falta de sensibilidad también, como ha puesto de manifiesto al alegar que no podía, ni quería claro, protestar a nuestros aliados, es decir a Estados Unidos, por la muerte de José Couso. En fin, que los populares no estan muy finos últimamente, y por más medidas fiscales que lancen como anzuelo, los ciudadanos ya les tienen cogida la medida.