Diario de León
Publicado por
Fernando Ónega
León

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Si algo nos faltaba en el panorama político, es ver que un fiscal lleva al Ministro de Justicia a los tribunales. Pues no lo descarten. El Fiscal Jefe de Madrid estudia denunciar a José María Michavila. Y es que el ministro, irritado por el fallo informático del primer día de juicios rápidos, acusó a Mariano Fernández Bermejo de rebeldía y dejó entrever que podría haber movido un sabotaje. El fiscal está pensando que los tribunales le devuelvan la honra. No nos engañemos. Esto es sólo un episodio. Detrás se esconde una encarnizada lucha política con dos vertientes: una, la reforma del Estatuto Fiscal, que permitirá la libre remoción de estos empleos públicos; otra, la absoluta discordancia ideológica entre los señores Michavila y Bermejo. El ministro es «pata negra» del PP. El fiscal tiene fama de simpatías socialistas. Quiere decirse que, cuando ambos personajes se pelean, no es sólo porque discrepen de los medios para que los juicios rápidos sean útiles a la sociedad. Es que hay profundas diferencias de criterios y quién sabe si de intereses. Sólo desde esa perspectiva se entienden las extrañas palabras de Gaspar Llamazares, que terció en el conflicto para decir que el gobierno trata de anular la Fiscalía Anticorrupción, inspirando la célebre pregunta de qué tendrá que ver el tocino con la velocidad. Y sólo desde esa perspectiva se entiende que Rodríguez Zapatero se haya puesto del lado del fiscal con vehementes acusaciones de inutilidad al Gobierno. No es que aproveche el conflicto con fines electorales, que sería legítimo. Es que está tratando de defender un territorio que creía conquistado. Mal asunto. Ayer hemos visto de nuevo una alineación: a un lado, los fiscales y jueces autocalificados progresistas. Al otro, los conservadores. Votan de forma distinta y enfrentada, y lo hacen en bloque, como obedeciendo a alguna disciplina. Son utilizados por los partidos para su lucha electoral. Cuando la política se mete en la Justicia, una de las dos termina descalabrada. Y en este caso, me temo que será la Justicia.

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