Una mirada, un voto

EL lucense José Blanco, «Pepiño», les suele decir a las agrupaciones socialistas: «Nos están mirando; tenemos que convertir cada mirada en un voto». He recordado esta frase al conocer un dato menor: la audiencia que tuvo José Bono en «Los desayunos» de Luis Mariñas en TVE. A Bono lo vieron un 38 por ciento de los espectadores. Me sorprendió tanto, que, inducido por otro gallego, Torreiglesias, llamé al propio Mariñas a preguntarle si alguna vez habían alcanzado ese porcentaje. Y no. La audiencia de Bono es un récord en los programas de entrevistas políticas. Sigo con curiosidad estos datos de especialista para saber por dónde van las preferencias del espectador de televisión. Y empieza a estar bastante claro que los políticos de izquierda son más vistos que los conservadores. «Los políticos de izquierdas salen tan poco en televisión, que es una sorpresa verlos», me comenta con cachondeo un compañero de oficio. Es posible. La gente está harta de ver y escuchar ministros y altos cargos, y se le alegra la cara cuando contempla un rostro distinto en la pantalla. Pero creo que hay algo más. El ciudadano está necesitando otro tipo de mensajes. Necesita escuchar otras voces distintas a las del poder, aunque Bono sea poder en Castilla-La Mancha. Y eso significa que está buscando alternativas. Por eso «está mirando» a los socialistas, como dice Blanco. Tenemos una sociedad en busca de líder y programa a quien votar. Está esperando, incluso, que le convenzan. Y es capaz de volcarse ante el televisor en busca de ese mensaje. Si, al final, esos ciudadanos se resisten a dar el vuelco y cambiar de mayoría, como dicen las últimas encuestas, es que está pasando algo. Es que no encuentran al personaje que les termine de convencer y les dé el empujón definitivo. El PSOE tiene la primera condición para aspirar a gobernar: está siendo examinado por la sociedad. Pero necesita aprobar el examen. Y en ese trance, está claro que Bono gusta mucho. A lo mejor tenía que estar en la política nacional.