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el balcÓn DEL pueblo

El garbeo de la Virgen

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León

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LA Virgen del Camino, Reina y Madre del pueblo leonés, dejará hoy su Santuario a las tres de la tarde, acompañará a corporaciones, fieles, obispos, canónigos y jerarcas hasta recogerse, después de las ocho y media, en la Catedral. Después de 23 años, deja su casa en obras, acepta la invitación para darse un garbeo de luz, de apasionado amor blanco, de fe y cariño por los altozanos, recorrer los municipios y las calles engalanadas, y descansar finalmente en el primer templo de la provincia: la Catedral. Será su reposo hasta finales de mes. De su mes. Mayo está consagrado a todas las Vírgenes, incluída una que llena la ornacina en Murcia y la quieren como Virgen de los Peligros. O la de la Zarza en Villamañán. La del Camino es otra joya. La joya de fe de los leoneses. Mi madre, campesina de sudores y esfuerzos casi intolerables, acudía cada año en el coche-línea a las anovenas para pedirle a su Reina y Madre no sé yo si que sus hijos sacáramos los cursos cada año, protegiera a sus simientes o ganados, o simplemente el amor y la salud reinaran en su casa, en la ribera del río Órbigo, entre choperas frescas y verdor permanente. La última estancia de la Virgen del Camino en la Catedral fue hace veintitrés años, en 1980, con motivo del cincuenta aniversario de la coronación canónica de la imagen. En este 2003, aunque es electoral, casi de pasión política, estaba obligada a rendir nueva visita, pues no en vano la Catedral cumple siete siglos. Ha sufrido intervenciones quirúrgicas de piedra, cristal, madera y de casi todo, como corresponde a su edad. La Virgen del Camino puede darse cuenta cuando mire a su hermana la Virgen Blanca, a cuyas columnas siguen atados los ángeles, o cuando levante los ojos al cielo azul y limpísimo que cosen las agujas del templo. Aquí permanecerá hasta que acaben de remendar su vivienda-santuario, que es mucho más novísima, pero también ha estado en quirófano. A la glorificación de la visita asistirá el presidente de la Junta de Castilla yLeón, Juan Vicente Herrera. Un presidente popular no suele negar nunca la invitación de un obispo. No creo que sea una presencia electoral, sino de convicción. Herrera, lo mismo que Amilivia, recibirán a la Virgel del Camino como Regidora Perpetua del Ayuntamiento de León, luciendo la medalla distintiva. LLega hoy y se va a finales de mes. Llega con Mario Amilivia de corregidor y no está escrito que cuando retorne al Santuario todo esté igual, ni en León, ni en los Ayuntamientos que bendijo en su garbeo blanco y lleno de amor. A la campaña electoral le han puesto una tarde en blanco. Si acaso, entre los trabajadores de Antibióticos se comentará la mala/buena nueva del consejero delegado: hay dos empresas -una sueca y otra italiana- que pueden ejercer en breve de dueños. Una de las dos, claro está. Pero aquí no tiene nada que decir nuestra Reina y Señora.