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Publicado por
León

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QUE ya no canta la calandria en este mayo poderoso en el que el poder de las urnas hace milagros y se multiplica la población de lugares despoblados, bailan los muertos en pueblos que no existen y retornan virtualmente los emigrantes de aldeas que no salen en los mapas; que ya no hay ruiseñores en este mes de mayo, que sólo hay rostros que te miran, que te guiñan, que te sonríen, que te invitan, que te susurran rancheras de promesas -«tu alternativa»-, baladas de ensueño -«tu futuro»-, algún rock «ma non tropo» -«otra forma de ser», «otro muncipio es posible»-, con letras amables que hablan de funiculares, de puentes, de presupuestos participativos y cultura popular, de palacios de congresos y pistas de hielo para cisnes patinadores; que en las noches frescas de este mayo radiante caminan partidas de la Santa Compaña con escobas y calderos colocando ojos para convencer a los madrugadores, en las mañanas de sol se busca un hueco en los papeles que enseñan fantasmas de los últimos cuatro años cocinados con mucha mala baba, y en las tardes los pensionistas se sientan blandamente en los bancos a mirar las rotondas que ya no se pueden inaugurar; que en este mayo con olor a fritanga en Flores del Sil y en Cuatrovientos no se comen churros en los carruseles, se piden debates a dúo que inevitablemente acabarán en masa coral haciendo dodecafonismo radiofónico y se coleccionan frases ingeniosas y poses con los niños correteando delante del Santo Padre, que también son ganas de castigar la Divina Paciencia. Hay carteles, nervios y megafonías en las calles de este mayo en el que lo primaveral ha sido relegado por lo electoral.