Cerrar
Publicado por
Manuel Alcántara
León

Creado:

Actualizado:

Así como hay listas de espera en los hospitales para que los pacientes, que no deben impacientarse nunca, puedan curarse, también hay listas de espera para morir. Más de cincuenta terroristas suicidas aguardan su turno. Los aspirantes a dejar un cadáver de buen aspecto tienen unas edades que oscilan entre los diecisiete años y los treinta y tantos. Una edad muy apropiada para dejarse la vida casi en flor porque aún no se ha llegado a entender que es precisamente ella, la vida, lo único que tenemos. La vida, que es buena y que es mala, pero que constituye una experiencia única en la vida. Ese medio centenar de futuros terroristas islámicos se ha ofrecido para cometer atentados suicidas en Israel y se disponen a morir, pero mientras, mueren porque no mueren. De momento, residen en el Reino Unido, pero están dispuestos a partir con destino desconocido, aunque a ellos les hayan asegurado que, nada más cerrar los ojos, verán a las huríes del profeta. Unas señoras con caderas de noray, solícitas y sumisas, a las que nunca les duele la cabeza. Para reclutar mártires hay que seleccionarlos previamente. Se necesitan personas de gran corazón y de pequeño cerebro, con la finalidad de que lavárselo no requiera mucho gasto de detergentes. Todas las religiones pueden presumir de contar entre sus filas, mejor dicho, entre los huecos que hay en ellas, a personas que padecieron tormentos en defensa de su ideal. Bernard Shaw, que jamás se sacrificó más que por él, decía que el único camino por el cual un hombre puede llegar a ser famoso sin desplegar ninguna habilidad especial es el martirio. No se sabe bien por qué, se cotiza en alto grado eso que algunos siguen llamando la palma del martirio. Lo que sí se sabe es que los mejores mártires de la última época son islámicos. Cristianos cada vez hay menos dispuestos a llevarse la palma. Sólo aparecen muy de tarde en tarde, desde los tiempos en los que eran arrojados a las fieras. No se sabe si porque, al contrario de lo que postula el viejo dicho, es preferible ser confesor antes que mártir, o porque ahora los leones están desganados.

Cargando contenidos...