Diario de León
Publicado por
Fernando Ónega
León

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Este mediodía, el vicepresidente Rajoy, va a hablar de campañas electorales, ese incómodo, entretenido, tedioso, divertido, aburrido vecino con el que convivimos. Lo hará en la presentación del libro Periodismo en campaña. Y en ese libro se incluye un decálogo, que puede ser llamado «decálogo Rajoy», que en algún aspecto explica el comportamiento del PP y, en otros, debería ser estudiado por Zapatero. Por ejemplo, su «quinto mandamiento»: «En las campañas hay que transmitir la idea de que el voto va a ser útil para algo». He buscado en sus puntos una guía para interpretar al poder. Dice Rajoy: «las elecciones no se ganan o se pierden en una campaña». Es así. Por ello planteo: ¿por qué Aznar hace ese enorme esfuerzo de dos mítines diarios? Algún mal pensado puede decir que, como todo está decidido, el presidente no está buscando votos, sino adhesiones a su obra de gobierno. Sigue Rajoy: «las elecciones las gana o las pierde el que está en el poder». Está demostrado. Con lo cual, no hacen falta encuestas: ganará quien haya sido buen alcalde, y perderá el malo. La única duda está en los lugares donde se ha cambiado el cartel electoral. Otro mandamiento: «los candidatos deben elegir de qué quieren hablar y de qué prefieren no hablar». Por lo que vamos viendo en estos días, el tema que preferido por el presidente es la lucha contra el terrorismo. Debe ser porque es donde cosecha más aplausos. El tema que más le desagrada, la regeneración democrática en la que tanto insiste Zapatero. Aznar la dejó anclada en 1.996. Como se puede observar, el decálogo de don Mariano es impecable, como la mayoría de sus declaraciones. Sólo le deja una duda al cronista. Es cuando dice, textualmente, que, «si el candidato no se siente fuerte, debe hacer dura crítica de la oposición». Y Aznar la hace. Con una dureza insistente. Hiriente. A veces despiadada. ¿Será que Aznar no se siente fuerte? Sería una novedad. La duda no es mía. Me la inspira Mariano Rajoy.

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