Plebiscito sobre Aznar
Aznar estaría «desmunicipalizando» las elecciones del 25-M con la supuesta intención de convertirlas en plebiscito que avalase desde su política exterior, que realmente es sólo suya, a su defensa a ultranza de la unidad de España, amenazada por una «inestabilidad institucional», en las que se agruparían las reformas estatutarias y constitucional que proponen el PSC, CiU y el PNV. En Pamplona dijo ayer el presidente que o gobierna en Navarra la Unión del Pueblo Navarro (UPN) o una coalición de socialistas, comunistas, nacionalistas y separatistas, «y yo no puedo creer que la mayoría de los navarros quiera eso», apostilló entre vítores. Es fácil deducir a estas alturas de la campaña que quien más estaría insistiendo en dar a estas elecciones municipales/autonómicas carácter de primarias de las generales del 2004 parece ser el mismo Aznar. Pero al sugerir, entre otras dichas de futuro, que sólo un Gobierno del PP conseguiría en esta década la meta deseada del pleno empleo, Aznar estaría formulando unos supuestos al menos aventurados, pues a partir del 2004 el actual presidente será a lo más un convidado de piedra en las tareas de la gobernación, que corresponderían, en caso de victoria «popular», a alguno o a varios de sus delfines, que estos días ni hacen ostensibles gestos de acatamiento a las versiones de su líder ni, por supuesto, apuntan la menor discrepancia. Disponen los «populares» de sondeos que les serían menos desfavorables que los del PSOE, en los que aún no parecen desvanecidos los efectos devastadores para el PP de la guerra contra Irak. De ahí que el líder socialista Rodríguez Zapatero insista en mantener esa guerra como argumento vivo de la campaña, procurando contrarrestar la euforia victoriosa que Aznar maneja con los juicios de valor, altamente negativos, que ha inspirado esa invasión preventiva y cruenta. Ayer se reunió Zapatero en Madrid con el presidente del Partido Socialista Europeo, Robin Cook, quien dimitió hace pocas semanas del Gobierno Blair por el ataque a Irak de espaldas a las Naciones Unidas. «Europa no puede ser un cero a la izquierda en las relaciones internacionales», dijo el socialista español al británico, «ni estamos de acuerdo con un mundo unipolar». «La lucha antiterrorista, la lucha por la seguridad y la lucha por la paz» deben desarrollarse «dentro del marco de la legalidad internacional», añadió Zapatero. El proceso de «desmunicipalización» electoral nos llevaría a un plebiscito sobre la política de Aznar y, por contraste, sobre el futuro político de Zapatero, lo cual convierte ya la consulta del 25-M en el anticipado sondeo de las generales del 2004.