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Publicado por
J. F. Pérez Chencho
León

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A media noche de hoy se hará el silencio. No ese silencio tan aquietado como el de los lagos entre nieve, o el de los estanques en que nadaban las truchas arco iris vertidas por los leonesistas. Se hará el silencio político. O mejor dicho: concluirá el griterío pidiendo el voto en público. Hoy es el último día de campaña electoral. El día más agitado y ruidoso. Los miles de candidatos tienen la última oportunidad para convencer a los electores. En algunos municipios pequeños ya está el percal vendido merced al artilugio de los votos por correo. Hay denuncias presentadas y sospecho que habrá más cuando se efectúen los recuentos. El método es criticable. Lo cuestionan hasta algunos responsables de juntas electorales. Para que la transparencia electoral sea absoluta se requiere rigor en la confección de los censos y depurar el método del voto por correo. Sin los dos requisitos puede consumarse la bandolería de que un ayuntamiento tenga el 25-M como corregidor electo al que no desean los ciudadanos. Y se dan casos, que decía un viejo alcalde de San Emiliano, Leonardo, permanente en mi recuerdo de amigo. En la vorágine del último día de campaña, la estrella política es hoy José Luis Rodríguez Zapatero, esperanza blanca del socialismo español y, más en concreto, del leonés. Cumple con su compromiso de leonés y de aspirante a ocupar la Moncloa. Está institucionalizado políticamente, aunque en esta campaña no se baraja ni un suspiro para las generales del 2004, pero todos coinciden en que son unas elecciones primarias, que el líder cierre la campaña en su provincia y en Madrid. Rodríguez Zapatero respetará el protocolo. A las 19,30 horas actuará -¿qué otra cosa es un mítin, sino una actuación?- sobre el escenario levantado en la explanada que hay frente al eficio de la Junta de Castilla yLeón. Los socialistas leoneses, seguros del efecto Zapatero, han volcado sus entusiasmos y sus medios en el acto. Un acto al aire libre, sin el calor y proximidad del recinto cerrado. El previsto -el Palacio de Deportes- olerá a embrocación horas más tarde, con el partido decisivo para las aspiraciones leonesas en su intento de volver a la máxima categoría del baloncesto. Si hoy pierde el equipo leonés, todo quedará para la siguiente temporada. Si gana, como todos esperamos, tendrá una nueva oportunidad en el quinto y último choque de la serie, que se disputaría la próxima semana en Tenerife. La situación no le es ajena. Ya ganó en Bilbao. Concluye hoy una campaña electoral, local y autonómica, en la que se ha hablado más del país y del mundo, que de los ayuntamientos y del gobierno regional. Se han hecho promesas concretas para no cumplirlas, salvo que nuestros ríos regulados, en lugar de agua, lleven euros. Tomamos nota, como Juncal. Pese a los altavoces de los contendientes, el nivel de incertidumbre no puede ser mayor. El domingo se despejarán las dudas.

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