Diario de León

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Posiblemente los ciudadanos nos hicimos demasiadas ilusiones. Quizá, como tantas veces ocurre, hemnos dado una excesiva importancia a estas elecciones, que no eran sino autonómicas -en algunos casos- y municipales. Ahora nos vemos abocados a los resultados, frente a los nuevos -no tan nuevos, si bien se mira- alcaldes y presidentes de als com ubnidades autónomas. Creímos, tal vez, que nos hallábamos ante la primera vuelta de unas elecciones generales, en las que lo que se dirimía era el «yo o el caos». Lo cierto es que no era así. Por eso la pregunta que surge después de la jornada de ayer es: «Y ahora, ¿qué?» Y ahora, de lo que se trata ahora, es de volver a comenzar la precampaña electoral. Ahora, con la vista puesta en las generales de marzo de 2004, que es cuando, de verdad, todo va a empezar a cambiar: comenzando por los rostros de muchos gobernantes -no estarán para entonces ni Jordi Pujol, ni Xavier Arzalluz, ni el propio José María Aznar, ni quizá Manuel Fraga- y siguiendo por los programas de algunos partidos políticos. Porque ya no será posible, en el año 2004, gobernar como se ha gobenado hasta ahora: las comunidades autónomas tienen sus exigencias y los electores, también. No crea usted que porque algunos gobernantes autonómicos no hayan cambiado, o porque algunos alcaldes -que no todos- sigan siendo los mismos, todo va a seguir igual. No. Es el espejismo de las elecciones celebradas este domingo. Que pueden inducir a pensar que, porque todo haya sido parecido a lo anterior, todo va a seguir siendo igual. Grave error. No solamente porque haya pasado una guerra de por medio, o porque un nuevo y muy provisional orden internacional nos esté rigiendo: es que las cosas, aquí y en el mundo, han empezado a cambiar ya de una manera irreversible. Y eso lo saben muy bien en La Moncloa, en Ferraz, en Génova, en Washington, en París, en Londres, en Berlín y allá donde se jueguen las batallas decisivas: el año 2004 marcará un periodo de cambios profundos y los meses que nos quedan hasta llegar a entonces son de preparación y meditación. Por eso estas elecciones del domingo 25 de mayo conviene mirarlas con ojos relativos, mucho menos trascendentes de lo que nos han indicado en los mítines, en la retórica. La auténtica realidad es que el futuro está completamente abierto y comienza precisamente hoy, 26 de mayo, lunes.

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