AQUÍ TE ESPERO
Sobre el plano
ESO es lo que hacen muchas de las personas que quieren ver cómo es nuestra ciudad contemplando las maquetas que se han instalado en la plaza de San Marcelo. Y como no lo ven bien se suben donde haga falta. No les vale con el muro, sino que bordean el plano para ponerse más cerca de lo que buscan y algunos no dudan en subirse ¡Y no vean cómo les presta ir hasta la Catedral por cualquier ruta, que de verdad es peatonal! Me parece increíble que la gente se suba al plano, que quiera verlo desde encima. Ya no es que toquen para ver, sino que tienen que pisar para hacerlo. A este paso no creo que dure mucho la maqueta, y no sólo porque la llenen de pintura como la semana pasada, sino porque se irá desgastando y los edificios más altos pueden romperse. Pero independientemente del deterioro, es que no debe nadie subirse encima para verlo. El propio jardín ya ha sufrido los efectos de su proximidad, con una especie de pasillo que circunda la maqueta. No sé si la gente hará caso si se coloca un cartel que pida que no se suban encima, aunque supongo que daría fuerza moral a algunos para decirles a otros que no se suban. Por ejemplo, el otro día cuando pasaba por allí había una familia viéndolo.La madre permanecía en el suelo, mientras el padre y los dos hijos se subieron al muro y rodeaban el plano, hasta que el más pequeño decidió enseñarle a su hermano dónde estaba la Catedral y caminó por encima hasta poder señalarla con el pie. La madre le pidió que bajara, pero el niño no le hizo caso. Ante la insistencia materna, el padre le dijo: «Si en vez de decírselo tantas veces le dieras un cachete», a lo que la madre, indignada le contestó: «¡Por Dios, cómo voy a pegarle aquí, que me vea la gente! ¿Qué pensarán?». Les miré pensando que así el niño haría siempre su real gana. El padre no le da un cachete, que se lo dé la madre y ésta ¡Por Dios, qué pensaremos! Así que mejor colocamos un cartel para dar fuerza moral a los que no se atreven a impedir el pisoteo.