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Publicado por
León

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Son tiempos de inmolación. Hay que creer mucho en algo, o hay que creer profundamente en nada, para acabar convertido/a en una bomba humana y despedirse del mundo llevándose por delante a una veintena de congéneres. Osetia del Norte, una república caucasiana vecina a Chechenia que pocos serían capaces de situar en el mapa, ha sido en esta ocasión el lugar del sacrificio. Una mujer, nacida para la vida, se hizo estallar junto a un autobús cargado de militares. Sangre, martirio, desolación, en nombre del nacionalismo checheno. Se acusa al ejército ruso de atrocidades en Chechenia pero eso no justifica dar más marcha a la espiral de la violencia. Ciertamente, lo malo del nacionalismo es su imposible traducción política. El nacionalismo o es un objetivo o no es nada.