EL PAISANAJE
Charlot alcalde
LAS PELÍCULAS del cine mudo acababan inevitablemente de dos formas: o Charlot se comía con sal y pimienta las botas, si no había otra cosa que masticar, o acababan todos tirándose las tartas a la cabeza, si celebraban algo. Un final tragicómico, en todo caso, para el espectador, que pagaba por reírse y no para que le complicaran la vida. Ahora es gratis. Con la película igualmente muda de los pactos poselectorales, donde los protagonistas tampoco hablan y uno tiene que enterarse de qué va el rollo por los subtítulos del periódico, viene a pasar lo mismo. Así que más vale tomarlos a risa. Puro cine cómico. Y muy visto. Primera sesión, por ejemplo: hace Charlot de candidato a alcalde por el PSOE. O por el PP, que no se cabree nadie, porque la risa es lo que importa y para eso paga impuestos el personal. Entonces para guindarle la chica al bruto del rival, que aquí podría llamarse Ufemia Próvida Líos, más conocida por el alias de UPL, y, tras liarse la manta a la cabeza, deciden matrimoniar o dormir en el mismo catre cuatro años, lo que no deja de ser un record en los tiempos modernos, según el juez de familia. Bueno, pues si tanto Chaplin interpreta a un alcalde socialista como a otro que apadrine Aznar, lo fijo es que acabará con la cara llena de merengue al poco del bodorrio. Deberían tomar nota del guión tanto Amilivia como el otro pretendiente, el socialista Francisco Fernández, y hacer caso de los sabios consejos de la abuela: la Ufemia, o sea la UPL, está muy resabiada y ha pasado ya por muchas manos. Por no decir que por lo otro. Segunda cinta, Charlot no tiene rival y sale presidente de la Diputación por mayoría absoluta sin necesidad de casarse con nadie. Pero craso error, porque rápidamente en su partido le saldrán apaños para ligar un equipo de confianza, y la política hace extraños compañeros de cama. Aquí nadie queda soltero y todo el mundo apaña lo que puede. Tome nota el candidato a presidir el palacio de los Guzmanes, señor García Prieto, no vaya a ser que se escoñe o se escañe. Una vecina suya de partido en el Bierzo, doña Fátima Placer, un nombre que da qué pensar, quiere ser vicepresidenta consorte en su pueblo. Si no mide bien las distancias, puede llevarse García el clásico tortazo de tarta en plena cara. Y tercera película, «Charlot rústico». En Garrafe de Torío han pactado PP e IU contra el Chaplin del PSOE de turno. Otra carcajada democrática.