Diario de León

EL RINCÓN

Cuidado: son los nuestros

Publicado por
MANUEL ALCÁNTARA
León

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SE CONFIRMA que muchos políticos no comparten sus propias opiniones. Salvo los que piensan escribir un libro de memorias titulado Mi ego y yo , los demás padecen una cierta dualidad y ven las cosas de un modo o de otro según el momento y la ocasión. De ahí que haya un divertido catálogo de tránsfugas, de desertores interesados y de traidores que avisan. Debemos decir en su disculpa que algunos no tienen más remedio que cambiar de convicciones si quieren seguir perteneciendo al mismo partido y otros se ven obligados a cambiar de partido si desean mantener sus convicciones. Estas cosas han pasado siempre. De ahí la antigüedad del grito ¡cuerpo a tierra, que vienen los nuestros! No hay enemigos comparables a los que se reclutan entre los correligionarios y si alguien quiere hacer carrera política no debe descuidar la vigilancia de sus camaradas. Lo de la Asamblea de Madrid ha constituido una sorpresa según dicen. ¿Por qué sorpresa? Hay que desconocer la urdimbre de la naturaleza humana para asombrarse. Si dos personas dejan de comparecer en una votación clave, es porque piensan aparecer en otro lado. Lo que sí resulta llamativo es que el luctuoso suceso se haya producido en pleno cambalache de alianzas y pactos inverosímiles pero verdaderos. Que no nos digan que esta impúdica zarabanda es consustancial con el sistema democrático. Esto es un zoco donde se cambia, se vende y se alquila. Los perjudicados por la fuga están estudiando la situación, pero debieran haber hincado los codos antes de producirse. A veces no hay que preguntar por qué, sino cuánto. A Rafael Simancas, que era la revelación de la temporada, se le ha quedado una de esas caras que sólo se ven en los andenes de las estaciones cuando no llega la persona esperada, o cuando se detiene alguien a contemplar el escaparate de una ortopedia. El hombre no lo esperaba, lo que es una prueba de inmadurez. En la política, que es una rama de la meteorología, hay que esperarlo todo.

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