Esto es un puente de oro

¡MÁS MADERA! Las expulsiones del Partido Socialista, al menos la del señor Balbás, terminarán en los tribunales. José Blanco se contradice con Zapatero y aduce que había rumores de que algo se estaba tramando. Se habla ya sin ningún recato de soborno de los diputados traidores. Y, viendo el panorama, doña Esperanza Aguirre sacó bandera blanca de pureza democrática sobre las cabezas de todos y propuso el pacto: un acuerdo para celebrar elecciones anticipadas con carácter inmediato. El Partido Popular se pone así al frente de la manifestación de la opinión publicada que entiende que ésa es la mejor solución, la más democrática y la que mejor anula los perversos efectos de la «tamayada». Bien hecho, señora. Lo único que ocurre es que esas elecciones no podrán ser tan inmediatas. Hay que pasar los trámites de consulta, investidura, y pactar un periodo de sesiones, por pequeño que sea. Eso es lo que marca el Estatuto de Autonomía. Y eso nos sitúa, como mínimo, en el mes de octubre. Y, hasta entonces, puede pasar de todo. Puede que los rebeldes devuelvan sus actas. Puede que se arrepientan, aunque nadie querría sus votos. Y puede que no se presenten a tomar posesión, al estilo de los diputados de Batasuna en el Congreso. En ese caso, la mayoría absoluta quedaría situada en los 55 escaños que tiene Esperanza Aguirre. No harían falta elecciones. ¿Por qué, pues, la señora Aguirre se lanza a hacer esa propuesta? Porque es la más inteligente. Y, si me apuran, la más rentable. Da una imagen ética y de seriedad institucional encomiables. Y además, ¿se imaginan ustedes una amplia victoria sobre el Partido Socialista e Izquierda Unida? Bueno, eso sería tender un puente de oro hacia las elecciones generales. Sería la posibilidad de enfrentarse a un Zapatero humillado, después de ser el vencedor en número de votos en las municipales. Supondría predicar que este país no quiere aventuras por la izquierda y agitar con más éxito el fantasma de la España roja. Sí, las elecciones son lo mejor para el Partido Popular. Sólo requieren una condición: ganarlas.