Luz y taquígrafos

LOS GOLPES de Estado tradicionalmente los daba el Ejército. Una facción castrense se convertía en el brazo armado, fuerza bruta, de tal o cual sector político-económico (o viceversa). España goza de una gran tradición golpista -de consecuencias dramáticas, como en 1936- que fue capaz de exportar con éxito a Latinoamérica. Ahora el Ejército es profesional y supuestamente se dedica a tareas humanitarias. Y la sacrosanta democracia sólo se dice amenazada por los terroristas. En democracia lo que se estila son los golpes de partido. Modelo Madrid. La sutileza de las matemáticas y la ausencia de la ética permiten que dos individuos (individuo e individua, siguiendo el lema electoral del PSOE) se crean en posesión de la voluntad popular y se tomen por su cuenta y riesgo el futuro de una institución como la comunidad de Madrid. Sin preguntar a nadie, salvo a los constructores que pagaban su habitación en un hotel madrileño (cuartel general). Cundirá el ejemplo, puesto que la ética no tiene nada que hacer frente a la voracidad del dinero. Y cunde la incomprensión ante los anuncios de pactos como el del PP e IU en Garrafe de Torío. ¿Tienen algo en común aparte del interés por desbancar al socialista José Estalote? El run-run del pacto PSOE-UPL en León -lo legítimo no está reñido con lo sensato- no ha estado acompañado de la suficiente luz ni de los precisos taquígrafos para dar fe de los porcentajes de programa socialista y leonesista que se han puesto en la balanza a la hora de decidir el nombre del alcalde de la capital. Programa. ¿Alguien se acuerda? ¿Asume el PSOE el megamonolito de UPL en el abrazo del Torío con el el Bernesga? ¿Está dispuesto Rodríguez de Francisco a poner en práctica el presupuesto participativo? Para que digan que los jóvenes no dan ejemplo que miren a Sergio Santín y Jesús Martínez concejales electos de PSOE e IU en Cacabelos.