Lectura a dos bandas

CONSTITUIDAS las corporaciones locales, a la espera de cerrar la provincial y de que Herrera nombre a su gobierno, en los partidos mayoritarios leoneses analizan con lupa el resultado electoral. Son análisis como los del economista torpe: diagnostican lo pasado. En el PP existe un descontento evidente. Son muchos los militantes cabreados por el resultado electoral, no sólo por perder el estandarte de la capital, sino por haberse quedado a dos velas y en soledad en la casi totalidad de los ayuntamientos leoneses de entidad. Salvar Ponferrada, Valencia de Don Juan y Santa María del Páramo no consuela, sino que enardece. Los ojos populares miran hacia la pequeña/gran dama. Responsabilizan a Isabel Carrasco, la mujer fuerte en el PP leonés. Lo ha sido porque el presidente provincial, López Benito, declinó su influencia hasta pasar a la irrelevancia. En la campaña popular se ha percibido un trío: Yiyo, Luis Aznar e Isabel Carrasco, teniendo como telonero a Mario Amilivia. Pero también los ciudadanos han llegado a una conclusión: la que mandaba era ella. Los demás obedecían. A Isabel Carrasco no sólo la condenan en El Bierzo, donde su actuación para quebrar la decisión orgánica en la designación de los cuatro diputados provinciales azules ha levantado oleadas de crítica, sino que también la culpan de los resultados en la capital. No crean que en el socialismo leonés las aguas están más serenas. Han logrado pintar de rojo el mapa de la provincia, pero no digieren que Matías Llorente quiera repetir como portavoz en los Guzmanes. Su designación fue temporal, al acceder Emilio Sierra al Tribunal de Cuentas regional. En el PSOE leonés son muchos los que creen que Llorente no es el portavoz oficial idóneo. Como único argumento exhiben que entrarían en colisión los intereses sindicales y los del partido. En la legislatura que va a estrenarse, el portavoz que designe la izquierda habrá de afinar mucho. Tendrá que combinar: 1) La coordinación opositora de PSOE/UPL, porque después de lo visto, a ninguno nos queda la mínima duda de que son socios. Y 2) Tendrán que mantener una sola voz en la oposición al gobierno regional y, a la vez, en la Diputación. Ni unos ni otros deben tolerar que se consume el vaciado de contenidos en la Diputación. En estos tiempos que llenan la boca de leonesismo, los dos partidos mayoritarios han de luchar a brazo partido para que la licenciatura de Biotecnología no se escape. La página web del Mec ya la sellaba a la Facultad de Medicina de Valladolid. Dicen que fue un error. ¡Y un huevo!. Es una maniobra más de Tomás Villanueva, quien sólo mira para el Pisuerga. Por cierto, la fuerza de Villanueva ha quedado probada: se ha quitado del medio al Fernández Santiago. Le ha mandado a descansar en la tumba de los elefantes: la presidencia de las Cortes, en las que Yiyo ha encontrado cobijo como secretario del grupo popular. Menos da una piedra. La titulación de Biotecnología no se le puede escapar a la ULE. Ayuntamiento y Diputación deben exigir -el Rectorado está en «off»- que se implante en León, aunque tenga que hacerlo, incluso, como título propio.