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Publicado por
VICENTE PUEYO
León

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REAL MADRID, S.A. ha contratado a un profesional británico muy competente, llamado David Beckam, que trabaja con los pies en el suelo. El responsable de markéting de la empresa blanca -así llamada porque los empleados visten calzones y camiseta blancos en horario laboral-, José Sánchez, asegura que los 25 millones de euros abonados a la compañía Manchester United, S.A. son una inversión «muy rentable». La desmesurada habilidad del tal Beckam con su pie derecho es una de las razones alegadas para justificar el contrato multimillonario pero, fuentes del mismo departamento de captación de ídolos y marketing, han reconocido que, junto a ese ejemplar movimiento de tobillo, lo que realmente encandiló a los negociadores fue la innata e inmarcesible capacidad del joven británico para vender camisetas, llaveros, agendas, sudaderas, calendarios y balones «made in Real Madrid S.A.». Sánchez ha insistido en que su empresa no da puntada sin hilo de forma que, si se han aumentado los costes, es porque se tiene la seguridad de que se van a aumentar los ingresos. Pura matemática empresarial. «En lo suyo, Beckam no tiene rival; dice good morning y llueven los millones». La afirmación del ejecutivo de la casa blanca parece avalada por las últimas apariciones públicas del astro británico que fue recibido ayer en Japón entre el delirio de cientos de japoneses, y sobre todo de japonesas, para quien David es un semidiós. Su condición de felizmente casado con la marchosa Victoria, aumenta si cabe el morbo que rodea el devenir de alguien que podría tener cientos, miles, de mujeres a sus pies y que, sin embargo, ha optado por la fidelidad a una spice girl que, eso sí, se ha convertido en la sombra de su rubia melena. El nuevo empleado de R.M., S.A., doctorado cum laude en Cambridge en «iconos mediáticos», tiene fama de ser un hombre trabajador y, de hecho, su primera contribución ha sido precisamente la de abrir de par en par los mercados asiáticos a la variopinta producción de la empresa blanca. Beckam se ha mostrado encantado con su nuevo trabajo -«es una experiencia excitante», subrayó- que le reportará seis millones de euros al año (tres millones de pesetas al día). Beckam dice también que no le preocupa el previsible estrés de su agobiante labor porque podrá dedicarse en sus ratos libres a jugar al fútbol con los colegas de la empresa, cinco de ellos muy aficionados también a este deporte. Tanto, que hasta tienen su nombre de guerra: la «quinta del euro».