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Publicado por
J.F. PÉREZ CHENCHO
León

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AL OTRO lado del Manzanal siguen las dentelladas políticas. Son siempre mucho más profundas que en cualquier otra latitud provincial. En El Bierzo muerden y no sueltan la presa hasta que el rival deja de respirar. Lo mismo entre los populares que entre los socialistas. Los dos mastines de la política en El Bierzo, PP y PSOE, o viceversa, aunque han activado sus dotes de guardianes, están sufriendo, con perdón, las veleidades de las ovejas modorras. Debe ser por el calor asfixiante. El culebrón del PP berciano sigue sin resolverse. Mantiene el pulso entre el comité comarcal y la Ejecutiva Provincial. Cada uno defiende su lista para sentar a cuatro diputados en el Palacio de los Guzmanes. Aunque las presiones desde la dirección provincial han sido tremendas, la comarcal no ha dado un paso atrás. Mantiene en su totalidad el centenar y pico de avales. A la dirección provincial no le ha servido de nada que su comité electoral aprobara otra lista, a la que ha colgado el escapulario de «oficial». No le ha servido de nada la estrategia de amenazas veladas, coacciones y otras monsergas. Tampoco las intoxicaciones. Han filtrado que el propio Juan Vicente Herrera había pedido el pasado martes a Fátima López Placer, durante la toma de posesión como procuradora, que retirara su lista. Un brindis político en copa vacía. La realidad es que ni Herrera, ni el secretario regional, ni siquiera el próximo presidente de la Diputación, Javier García Prieto, han dicho una sola palabra sobre el tema. La realidad es que el listado avalado por la dirección provincial no ha logrado todavía los avales necesarios y que, salvo un giro milagroso --siempre posible en política-- han arrojado la toalla. Ya no hay llamadas en cascada. Sólo Raúl Valcárce insiste. Las intrigas y lucha por el poder son igual o más perrunas todavía en el PSOE, tanto para la presidencia del Consejo Comarcal como para elegir a los tres diputados provinciales. Jesús Esteban, «Susi», pelea para mantener el sillón del Consejo, pero está más aislado que nunca. Las veladas amenazas de la Agrupación de Bembibre evidencian la soledad de sus posiciones. Es el análisis de un sector del socialismo berciano. Los mayoritarios llegan a más: el órdago de Susi a la dirección provincial, invocando una supuesta promesa de Miguel Martínez, constata esa soledad dentro del partido. Y las amenazas de los socialistas de la capital del Bierzo Alto, demuestra su errónea política de alianzas, colocándose en la órbita de los críticos de Ponferrada y de los contados --con los dedos de una mano-- comités locales «conradistas». Una política que le ha llevado, al día de hoy, a contar tan sólo con un nombre en la gestora comarcal: el senador Manuel Fernández Zanca. Para otros socialistas bercianos hay algo aún más grave en el desplante: el intento de sustituir la más que precaria democracia interna, por el «dedazo» de Miguel Martínez. Este sector pide que hablen los órganos competentes y se consulte a todas las partes implicadas. Y después, que salga el sol por las Médulas, por el Manzanal, o por Antequera.