Que tiren de la manta

SEGÚN dejaron dicho los más ilustres caciques de la política española a finales del siglo XIX, para que un asunto o escándalo se pudra sin resolver y termine siendo olvidado lo mejor es crear una comisión parlamentaria de investigación. Ahora vuelven a estar de moda. Daba igual antaño sobre el hundimiento del Maine en la guerra de Cuba que ahora sobre el Prestige, por citar dos sonados naufragios nacionales. Y para las próximas semanas se anuncia una enésima comisión que deberá aclarar el caso de los tránsfugas madrileños Tamayo y Sáez, dos que acabarán forrándose con recalificaciones de solares o vendiendo sus memorias. De momento ya son famosos. Lo tenemos claro. Y se avecina un verano pestilente. Lo que va a pasar con la dicha comisión investigadora viene ya en los manuales: primero, la propone el PSOE y acepta el reto el PP en un duelo no precisamente entre caballeros; segundo, cada partido revuelve la mierda, con perdón, del otro, utilizando a los tránsfugas como retroexcavadoras; tercero, todos los alcaldes del alfoz de Madrid, desde Pinto a Valdemoro, van a quedar apestados hasta las cejas; cuarto, a falta de pruebas, salvo que tire de la manta Tamayo, el único que acabará en la cárcel de Carabanchel será el cretario municipal más pardillo; y, quinto, en las próximas la gente se tapará la nariz para votar, pero, como no hay listas abiertas, volverán a salir otra vez los mismos. O muy parecidos. Comisión por comisión y chollo por chollo sería más fácil empezar la investigación por lo que van a cobrar el Tamayo y la Sáez como únicos diputados del grupo mixto y, ya de paso, hacerla extensiva al resto de las formaciones políticas de la comunidad autónoma de Madrid, término que en provincias suena, ya de entrada, a cachondeo por lo de la descentralización: a saber, sueldo del cargo, coche oficial, secretaria o secretario de confianza (otro más de la familia nombrado a dedo), dietas por asistencia a los plenos (pongamos que uno al mes) y a cada comisión de urbanismo, sanidad, educación, cultura, bienestar social, aguas, etcétera. De éstas últimas hay, como mínimo, una a la semana y a todas ellas estarán apuntados Tamayo y Sáez, que se van a forrar en los próximos cuatro años. Haciendo la cuenta de la vieja calcula uno que ninguno de los dos va a salir por menos de «kilo» y pico al mes, recalificaciones aparte. Bueno, pues que empiecen a tirar del hilo y digan lo que va saliendo. De la madeja de todos, naturalmente.