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DESDE LA CORTE

Diez años de vida para el campo

Publicado por
FERNANDO ONEGA
León

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HOY, como disfrutamos de una tregua de horas en el vodevil de Madrid, podemos permitirnos un gran lujo: ¡hablar de la España real! Y la España real ha tenido su capital en Bruselas, donde se acordó el futuro de la Política Agraria Común. Ese sí que es un tema de interés, y no los juegos que se traen en la capital. Porque de la PAC depende la supervivencia del medio agrario. Es decir, de los millones de ciudadanos que todavía viven del campo. El gran perfil del acuerdo no es desdeñable: habrá subvenciones hasta el año 2.013. Es como un contrato que prolonga diez años la existencia de la agricultura. Los perfiles concretos, en cambio, no satisfacen a organizaciones agrarias ni a partidos de oposición, como el BNG. Y chocan estas críticas con la altísima satisfacción de Rodrigo Rato y el ministro de Agricultura. Según Arias Cañete, ningún agricultor tendrá que abandonar su oficio. Según las organizaciones y la oposición, se da un paso más hacia la despoblación del rural. Una vez más, la satisfacción oficial y la decepción de los afectados parecen hablar de países, sectores y medidas distintas. No hay que engañarse: un sector que necesita subvención es un sector agónico. El Gobierno es tan liberal y cree tanto en la competencia, que cualquier ayuda le parece un logro. Pero el campo está tan desvalido, que cualquier apoyo resulta pequeño para quien lo recibe. La verdad quizá esté, como siempre, en el medio: se ha conseguido lo posible, pero algunos sectores lo van a pasar peor. Si es así, esos sectores deben ser protegidos por el gobierno español. Y no es invocar el paternalismo. Hay toda una política de precios que hacer. Hay una irritante desproporción entre lo que paga el consumidor y lo que percibe el campesino. La necesidad de subvenciones demuestra que España dista de la desertización sólo unos miles de millones de euros. Si Europa no los da, tendrá que darlos la gestión española. Lo peor que le puede ocurrir al campo es que la PAC sea una disculpa para dejar de tener una política agraria interior. Y hasta ahora lo ha sido.